sábado, noviembre 23, 2024

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Baron Cohen: “Siempre intento ir más allá de la última broma”

Sacha Baron Cohen, agente provocador, acude al estreno de su última película en gayumbos azules y con el pistolón en la mano. Luego se pondrá el albornoz, los calcetines negros y las chanclas de hotel, para sentirse como en casa y ponerse a tiro de los periodistas, que quieren saberlo todo sobre la desbordante escena de los elefantes…

“Por favor no contéis esa escena porque sería como chafar la película”, nos ruega el cómico británico de 44 años y al menos cuatro vidas (Borat, Brüno, Ali G y el almirante Aladeen). Ahora nos llega en su quinta reencarnación, el hooligan Nobby, protagonista de Agente Contrainteligente, algo así como “el peor hermano con el que nunca soñó James Bond”.

Pero estábamos con la escena de los elefantes y Sacha Baron Cohen prefiere no entrar en pormenores. Siempre está pensando en situaciones tirando a embarazosas, confiesa, y en cómo superarse a sí mismo e “ir más allá de la última broma”. Ni la pelea en pelotas de Borat, ni el fetichismo con la cabra en El dictador le hacen sombra al hilarante y brutal momento de los elefantes en este remedo gamberro de 007.

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Dejémoslo en que el tamaño es lo que realmente importa y que ningún animal resultó herido o maltratado durante el rodaje en Sudáfrica, donde curiosamente coincidieron Penélope Cruz y Javier Bardem… “Penélope estaba con nosotros y Javier estaba rodando con Sean Penn y Charlize Theron. Al final acabamos todos tomando un café en un minúsculo hotel de Ciudad del Cabo, ante la sorpresa de los huéspedes que debieron pensar que nos traíamos algo extraño entre manos”.

Penélope es la mala de la película, una actriz llamada Rhonda George que quiere acabar con todas las enfermedades en el mundo y convoca a ricos y famosos (de Daniel Radcliffe a Donald Trump) en actos benéficos que son en realidad una tapadera. Digamos que su mayor tropelía está a punto de consumarse en un estadio en Chile, donde Inglaterra gana finalmente a Alemania 2-1 (gracias a un gol tardío de Sterling) y el hooligan Nobby intenta salvar al mundo en compañía de su hermano serio, el agente Sebastian Graves (Mark Strong).

Los españoles sois muy malos, deberíais de daros cuenta”, asegura Baron Cohen, a la hora de justificar la elección de Penélope. “Me gustó también Javier en la película con los hermanos Coen, y obviamente ha sido una gran villano de Bond. ¿Que cómo convencí a Penélope? Con dinero (risas). No, ya en serio. Es una gran actriz: he tenido siempre la suerte de atraer a grandes actores y ganadores del Oscar, como Ben Kingsley. Y a actores nominados, como Gabourey Sidibe y Barkhad Abdi”.

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Aunque sigue teniendo un pie en el otro lado del Atlántico, Sacha Baron Cohen parece más arraigado que nunca en el norte de Inglaterra, donde encontró la inspiración en lugares postindustriales como Grimsby, la patria chica de su hooligan patillero.“Hollywood está perdiendo el sentido del humor”, asegura el cómico irreverente, que duda mucho que una película como Borat (la road movie que puso Kazajistán en el mapa) pudiera rodarse hoy en día.

La comedia ha provocado por cierto una profunda división en la ciudad portuaria: no todos le encuentran la gracia a la parodia del hooligan de Baron Cohen, que tiene además 11 hijos y vive de las prestaciones sociales. “Sé que hay gente que odia mis comedias, pero nadie está obligado a verlas. Hago las películas para mí mismo, para mis amigos, para mis fans. Al final no puedes hacer a todo el mundo feliz”.

Aunque nos cueste verlo, detrás de las bufonadas de Agente Contrainteligente hay un mensaje social: “Vivimos en una sociedad cada vez más estratificada y con mayores diferencias entre los que tienen y los que no tienen. Y por eso he creado a este tipo, Nobby, que es la versión más extrema de la peor pesadilla de las clases bajas. Se trata de alguien fuera del sistema: la idea era humanizarle y convertirle realmente en el héroe”.

Provocador. Vertical
Provocador. Vertical

La idea de Agente Contrainteligente le vino en realidad como respuesta a una pregunta que suena como a koan zen: “¿Quién sería el peor hermano de James Bond?”. A partir de ahí, Baron Cohen fue hilando preguntas, sin necesidad de llegar a una respuesta: “¿Y si 007 era en realidad un tipo duro de la clase trabajadora y el MI6 supo aprovechar su propensión a la violencia para convertirla en una agresión de Estado?”.

Y así nació Nobby, como antítesis del espía de Ian Fleming: “Si Bond es frío, vamos a hacer que este sea un tipo cálido. Si Bond no tiene familia, este va a tener familia numerosa. Si Bond no habla, este va a hablar por los codos. Y si Bond no tiene empatía, este va a amar a todo el mundo… En realidad, la película trata sobre la humanización de un asesino. Este tipo de superespías, al estilo Jason Bourne o Bond, parece que tengan en realidad el síndrome de Asperger: matan a cualquiera y no tienen el mínimo respeto por las mujeres, las tratan como objetos”.

Para dar la mayor credibilidad a la parte de acción, Baron Cohen eligió como director al francés Louis Leterrier (que dirigió los dos primeros Transporter). Mark Strong, curtido en películas de espías, interpreta al impenetrable Sebastian Graves, el hermano listo de Nobby. Isla Fisher, esposa y madre de los tres hijos del cómico británico, hace de algo así como Moneypenny, la secretaria fiel del agente secreto.

Digamos que la película de espías y la crónica social se dan la mano de la manera más insospechada y en un momento especial, con derramamiento de sangre que hace temer por la salud de Harry Potter y más tarde por la de Donald Trump, en circunstancias más o menos similares y ante la presencia inefable de la mala Penélope Cruz.

Pueden llamarle oportunista, pero lo de incluir a Trump estaba en el guion desde mucho antes de su ascenso político. De hecho, Sacha Baron Cohen tuvo el privilegio de entrevistarle en la hilarante serie de Ali G, cuando ni uno ni otro habían llegado aún al pináculo de su fama…

“Recuerdo que llegué a su oficina, y me hizo esperar más de hora y media, lo cual no está mal. Durante ese tiempo no dejó de gritar bien alto, diciendo cosas como ‘¡Decidle al alcalde de Nueva York que se ponga al teléfono!’. Era como el malo de la película deBatman, gritándole a Giuliani. Pensé que era un personaje increíble, un auténticohooligan“.

¿Y si algún día llegara a presidente? “No creo de verdad que llegue a serlo… Sería una gran ocasión para los cómicos, pero algo terrible para el mundo“.

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