Uno: Ben Affleck es Batman y Batman es detective
Uno de los reclamos más constantes sobre todas las películas anteriores del murciélago era la ausencia del elemento detectivesco. En esta entrega el personaje interpretado por Ben Affleck guiña de todas las formas posibles aquel rasgo de la historieta. Atención a la actuación de Affleck, sobre quien existieron dudas al comienzo, porque resulta ser un digno Bruce Wayne, calificación que incluso le alcanza para disputarle el corazón de los fans a Christian Bale.
Dos: Superman es el que todos querían ver
El hijo de Krypton es al fin el personaje noble que todos conocen, toma conciencia por sus errores en Man of Steel y se enfrenta al caballero de la noche en la que es efectivamente la más grande pelea entre héroes de la historia del cine. Noble, bueno hasta la saciedad, poderoso y más humano que todos los humanos juntos.
Tres: los secundarios y el guión
Desde Perry White a Lois Lane mejoran las actuaciones y la historia. Se nota de sobremanera la mano de Chris Terrio en la historia que en un comienzo había escrito Davis S. Goyer. La presencia del guionista ganador del Oscar se nota en los plot twist y en el hilo de una historia en la que la primera hora es muy distinta al resto de la película, sin que sea esto algo necesariamente malo. Jeremy Irons muestra gran química con Ben Affleck, Amy Adams con Henry Cavill y así cada personaje que sirve de hilo entre historias. Punto aparte para Gal Gadot, uno de los tapabocas de la cinta.
Cuatro: las peleas y la música
Dentro de los puntos altos de Man of Steel estaba la manera de comprender las peleas de Zack Snyder en términos de la dirección de cámara y la apuesta audiovisual para llevar la historia. En BvS pulió -enhorabuena- su abuso de los zoom in/out, además de exprimir la positiva costumbre de justificar cada puñetazo con mucha historia y no tanto diálogo expositivo, esquivando cualquier comparación con el cine moderno palomitero estilo Michael Bay o la densitud de Christopher Nolan. Las batallas son acompañadas de buena manera por la banda sonora de Hans Zimmer y Junkie XL, teniendo un punto alto en el último acto, como era de esperarse.
Cinco: un gran villano
Lex Luthor en épocas de Start-Up. Jesse Eisenberg, sobre quien alguna vez se ciñó la duda, termina por robarse la película ayudado por el guión, pero también por una interpretación sicótica y si se quiere muy personal -esto como apunte para quienes dicen que “actúa de sí mismo”. Acá lo hace y funciona hasta el final.
Bonus Track
Batman v Superman es una película hecha por fanáticos, para fanáticos. Extraña al comienzo, de un ritmo frenético al final y muy cumplidora de todas las promesas que se atreve a hacer. Tan arriesgada como Man of Steel, pero se permite un resultado mucho más cuajado que su antecesora. No vale la pena verla en 3D, pero si más de una vez para poner atención al detalle de cada mundo. Llegó el momento. Dios contra hombre. Día versus noche. La batalla de gladiadores más grandiosa en la historia del mundo llegó a los cines.