jueves, noviembre 21, 2024

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Biobardas en Guatemala no han frenado contaminación del Río Motagua hacia Honduras

Ineficiente solución, que necesita constante mantenimiento, el cual no se da

Omoa, Honduras.- Cerca de 45 kilómetros de la playa de Omoa y Puerto Cortés, en el Caribe de Honduras, fueron contaminados por el río Motagua cuyo origen es en Guatemala. Esta es una situación que se repite anualmente desde hace más de dos décadas y la basura que arrastra esta corriente permanece en las playas por mucho tiempo, lo que afecta enormemente a la población de Omoa.

Cada invierno sucede lo mismo. Se ha mencionado el compromiso de programas educativos para prevenir el deterioro del Río Motagua con desechos sólidos -particularmente plásticos-. Se han colocado las denominadas “biobardas” en diferentes ubicaciones del recorrido del río. Sin embargo, estas acciones han sido insuficientes para contener las toneladas de plásticos y desechos que arrastra la corriente. Estas acciones no son eficientes. De acuerdo con Segio Izquierdo fotógrafo conservacionista de National Geographic, y director de la organización ambientalista Rescue the Planet, “La solución está en tomar decisiones sostenibles desde el origen. Es decir, desde el momento en que el consumidor toma la decisión de compra, éste debe elegir alternativas de empaque que sean amigables con el ambiente. Es importante rechazar por completo el plástico desechable porque no hay una manera adecuada de manejarlo, no puede reciclarse y por lo tanto termina en lagos, ríos y océanos y permanece ahí por miles de años” expresó Izquierdo. Lo que ocurre en el río Motagua no es más que un reflejo de la crisis de contaminación por plástico desechable que existe a nivel mundial.

O nos divorciamos del plástico, o nos olvidamos del planeta. Así de tajante se mostró la Organización de las Naciones Unidas (ONU) frente a la actual contaminación plástica en el mundo.

“Así que no hay plan B, para el planeta. Tenemos que cerrar el chorro, y rechazar los plásticos desechables afirma Izquierdo. “La producción masiva de plásticos es una epidemia. Y, el reciclaje no es una solución real, no es más que un discurso sin fundamento utilizado por la misma industria del plástico para aligerar el cargo de conciencia de los consumidor, creando falsas expectativas de que se está haciendo “algo” con este material tan contaminante. El reciclaje de plástico no es factible financieramente. Para poderlo reciclar este tiene que sufrir una exhaustiva clasificación y una gran cantidad de procesos físicos y químicos, lo que hace un proceso demasiado caro. Aunado a esto, la disminución tan drástica del precio del petróleo, ha hecho aún más barato producir botellas a partir de plástico virgen que de reciclado.”, comparte Sergio Izquierdo de Rescue the Planet.

Desde 1950 se estima que se han producido unos 8.300 millones de toneladas cúbicas de este material en el mundo. Solo el 9% de esta cantidad se ha reciclado; el 91% ha terminado en vertederos, incinerado o en cuerpos de agua (ríos, lagos u océano).

El plástico entró a nuestras vidas hace seis décadas y ha venido para quedarse durante muchas más. Desafortunadamente, son productos que pasan apenas unos minutos en nuestras manos y luego tardan siglos en degradarse, llegando así a la naturaleza para quedarse provocando todos sus dañinos efectos.

El plástico entró a nuestras vidas hace seis décadas y ha venido para quedarse durante muchas más. Desafortunadamente, son productos que pasan apenas unos minutos en nuestras manos y luego tardan siglos en degradarse, llegando así a la naturaleza para quedarse provocando todos sus dañinos efectos.

En realidad, el plástico nunca desaparece. Solo se hace más pequeño y se convierte en microplásticos, trozos de menos de 5 milímetros en diámetro. Son muy peligrosos para la fauna marina ya que son ingeridos por crustáceos, peces y mamíferos marinos. Estos provocan problemas en estos seres vivos que van desde la asfixia, inanición por saturación, hasta problemas reproductivos provocados por las sustancias, disruptores endócrinos, que secretan los distintos tipos de plástico.

Biobardas en Guatemala no han frenado contaminación del Río Motagua hacia Honduras

Este material tiene la capacidad de subir por la cadena alimenticia hasta que terminan en nuestros platos de comida cuando ingerimos animales que previamente se alimentaron de microplásticos. Por tanto, llegan a nuestros organismos. “En este punto, además del impacto ambiental, el plástico tiene el potencial de generar un impacto en la salud del ser humano”, manifiesta Sergio Izquierdo. Estudios señalan que en promedio una persona podría ingerir aproximadamente 5 gramos de plástico cada semana, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. El análisis “Naturaleza sin plástico: evaluación de la ingestión humana de plásticos presentes en la naturaleza”, elaborado por Dalberg, basado en un estudio solicitado por WWF y realizado por la Universidad de Newcastle, Australia, sugiere que las personas están consumiendo alrededor de 2,000 pequeñas piezas de plástico cada semana.

Ante esta crisis mundial de contaminación por plástico y debido a las características antes descritas la única solución es rechazar el plástico de un solo uso. “El problema parece ser que estamos usando un material que fue hecho para durar por siempre, para aplicaciones desechables de solo 10 minutos”, expresa Izquierdo. Por ello, el llamado es a hacer elecciones sostenibles y responsables desde el punto de vista ambiental, debemos de voltear a ver hacia las alternativas. Utilicemos bolsas de tela reutilizables, llevemos botellas rellenables de acero inoxidable o vidrio, prefiramos envases de vidrio retornable. Estas simples acciones harán una gran diferencia.

“¡La solución no puede ir orientada a poner biobardas, ya que son el equivalente a prescribirle un corcho a un paciente con diarrea! Lo que se debe de tratar es la causa. Tenemos la solución en nuestras manos. Exijamos como clientes con derecho a los productores, productos empacados en alternativas amigables con la naturaleza. Y, seamos tajantes, rechacemos todo lo empacado en plástico desechable”, concluyó Sergio Izquierdo.

El plástico desechable en cifras

Según datos del Foro Económico Mundial:

  • ¡8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año! Es el equivalente a un camión de basura cada minuto.
  • ¡Para el 2030, serán 2 camiones de plástico cada minuto y para el 2050 serán 4 camiones de plástico por minuto, como resultado en ese año habrá más plástico, por peso, en los océanos que peces.
  • El 80% de los contaminantes que flotan en los océanos son plástico, en su mayoría materiales de empaque.
  • El reciclaje no es una solución en el plástico, ya que se realiza de forma limitada, y a nivel mundial sólo un 9% del plástico ha sido reciclado, el resto permanece de alguna forma en la naturaleza.

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