San Pedro Sula.- El amor es un sendero que se recorre despacio, disfrutando de cada paso. Hace ya cincuenta años que doña Gloria y su esposo Selim Canahuati iniciaron juntos el camino, con los años llegaron los hijos y más tarde sus nietos.
Sus Bodas de Oro no fueron solo la celebración de los 50 años desde aquel maravilloso día, sino que también significan que han compartido una vida entera junto a su alma gemela. Un privilegio reservado para muy pocos.
Juntos, recordaron con nostalgia el vestido de novia y el traje que los acompañó durante todo el día. Echaron la vista atrás, entre sus recuerdos, y se vieron de nuevo así: vestidos como novios bailando el primer vals al son de las canciones para bodas que tanto significado tenían. Su “sí, quiero” fue inolvidable… y seguramente lo recordaron con la misma nostalgia quienes recibieron las invitaciones de sus bodas de oro.
Su enlace ha sido uno de los días más mágicos de su historia de vida, por lo que su recuerdo permanecerá siempre en sus mentes y corazones. ¿Y qué mejor forma que rendir homenaje a una fecha tan especial que celebrándolo con cariño 50 años más tarde? Aunque cada día juntos, ya es motivo de celebración, esta vez, el salón Jordán del Club Hondureño Árabe abrió sus puertas para recibir a la familia Canahuati y su selecto círculo social de amistades.
Fue una velada digna de recordar. La elegante decoración de Jackie Cabrera engalanó el ambiente festivo, donde Emir, Karen, Eddie y Alfredo, hijos de doña Gloria y don Selim Canahuati, junto a sus 10 nietos, tuvieron el privilegio de alzar sus copas y brindar por el amor más real y puro que en un aniversario inolvidable.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero