Dos grandes sindicatos de Brasil rechazaron una invitación para reunirse con el presidente en funciones Michel Temer, lo que subrayó los desafíos que enfrenta el nuevo líder de la nación más grande de América Latina en medio de un polémico proceso de destitución.
Temer asumió la presidencia la semana pasada después que la presidenta Dilma Rousseff fue destituida y suspendida por emplear presuntamente trucos contables para maquillar el enorme déficit del presupuesto federal.
Temer pidió a los líderes de los principales sindicatos que se reunieran con él el lunes para analizar las reformas al sistema de pensiones del país, algo que los analistas dicen que es necesario para sacar a Brasil de su peor recesión desde la década de 1930.
Varios sindicatos dijeron que asistirían al encuentro del lunes, pero dos organizaciones principales se abstuvieron. Una de ellas es la Central de Trabajadores, que dijo que “no reconocerá a golpistas como gobernadores” y pidió el regreso de Rousseff.