Tras ganarse al mundo como el capo de la metanfetamina, Bryan Cranston ahora está del lado de los buenos: en “The Infiltrator” es un agente encubierto que desmantela las finanzas en Miami del “patrón” Pablo Escobar.
“The Infiltrator”, con Cranston y John Leguizamo como dos policías infiltrados y Benjamin Bratt como un narco en Miami vinculado a Escobar, se estrena este miércoles en Estados Unidos y en septiembre en Latinoamérica.
La cinta dirigida por Brad Furman se suma a una serie de producciones sobre el capo colombiano que reinó el mundo en los años ‘80 gracias a su dominio del mercado de la cocaína.
Como sucedió con Al Capone a lo largo del siglo pasado, la industria del cine y la TV está convirtiendo lentamente en una leyenda a Escobar, quien murió baleado por la policía en su país en 1993.
Los ejemplos más populares hasta ahora tal vez sean la serie colombiana “Pablo Escobar: el patrón del mar”, la de Netflix “Narcos” y el film “Escobar, paraíso perdido”, con Benicio del Toro.
“Pablo Escobar es legendario”, dijo Cranston en un hotel en Miami, donde promocionaba su película. “Por una parte inspiró mucho miedo y recelo, pero al mismo tiempo hizo cosas muy buenas en su país. Aunque, al final, su maldad superó su bondad y eso es lo que construye buenas historias”.
Cranston sabe de qué habla. Se convirtió en una estrella mundial y ganó cuatro premios Emmy gracias a su papel de Walter White, el lord de la metanfetamina en la serie “Breaking Bad” que terminó con grandes honores en 2013.
“A todos nos gustan las historias de gangsters”, dijo Cranston. “Son historias donde alguien viene de la nada y, gracias a su fuerza o su inteligencia o lo que sea, llega al poder. Es prácticamente el sueño americano”. Escobar como personaje no aparece visiblemente en “The Infiltrator”. Es un fantasma, un nombre que se menciona con estupor, la bestia negra a la que todos temen.
En cambio, el agente federal Robert Mazur interpretado por Cranston se pone en contacto con Roberto Alcaíno (Benjamin Bratt), un lugarteniente de Escobar en Miami que necesita blanquear la inmanejable cantidad de dinero que gana su jefe.
El agente Mazur, que con métodos bastante rudimentarios consigue convertirse en un as de las finanzas clandestinas, logra infiltrar el equipo de Escobar en los años 1980 y blanquear millones de dólares de la cocaína. “The Infiltrator” está basada en una historia real, publicada en 2009 por el verdadero Robert Mazur en un libro de memorias que llevó el mismo título.
El trabajo de Mazur y sus colegas llevó a la inculpación de más de 100 narcotraficantes y banqueros corruptos y provocó además el colapso en 1991 del Bank of Credit and Commerce International, uno de los bancos blanqueadores de dinero más grandes del mundo.
Pero más allá de la anécdota histórica, la cinta explora el recorrido emocional de un agente infiltrado que debe construir confianza con los criminales y lograr al mismo tiempo no involucrarse demasiado con ellos.
“Lo atractivo de esta película es que la sofisticación de los personajes es acorde a lo que sentimos por la gente. No siempre somos buenos, no siempre somos malos”, dijo Cranston, cuyo personaje debe decidir al final si entrega o no a un criminal que se ha convertido en un gran amigo. Este amigo es Roberto Alcaíno, un afable narcotraficante interpretado por Benjamin Bratt, también conocido por su rol de Rey Curtis en “Law & Order”.
“Él es la definición fácil del tipo malo”, estimó Bratt a la AFP. “Pero observémoslo. Es el reflejo, en espejo, del protagonista de la película. Es un amigo decente y leal, un confiable hombre de familia”. Pero Mazur tiene que cumplir su deber. “Incluso aunque esto signifique algo de incomodidad”, dijo Cranston.