El cantante urbano, que anunció su retirada para centrarse en Jesucristo en diciembre, ha reaparecido este Viernes Santo con una letra cargada de religiosidad
Ya hace cuatro meses desde que uno de los artistas urbanos más reputados de la historia, Daddy Yankee, anunciase su retirada de la música para dedicarse a la adoración de Jesucristo. El autor de himnos como “Gasolina”, “Perros salvajes”, “Llamado de emergencia”, “Ella me levantó” o “Lo que pasó, pasó” dio su último concierto y anunció su acercamiento a la religión.
“Se acabó una historia y va a comenzar una nueva historia, un nuevo comienzo. Todas las herramientas que tenga en mi poder, como la música, las redes sociales, las plataformas, un micrófono (…) Todo lo que Jesús me entregó, queda ahora para el Reino”, anunció en su despedida dando a entender que su trayectoria profesional y personal entraba en una nueva dimensión.
Dicho y hecho, el puertorriqueño ha elegido una fecha muy trascendental para la fe cristiana, como es el Viernes Santo, para lanzar su última canción: “Donantes de sangre”. Los versos de su último proyecto cumplen exactamente con el propósito que se había autoimpuesto de utilizar su talento para predicar la palabra del Señor.
El tema, que mantiene los ritmos latinos que ha utilizado en cada uno de sus grandes éxitos, tiene una letra de marcado carácter religioso. “La voz de Juan se levantó en el desierto, la mía en este último avivamiento. Anunciando a Cristo y a su Evangelio. ¿Quién va a pararme? El que pueda con sus manos atrapar el viento”, canta.
La sangre del calvario, la Gracia del Padre o los Fariseos son otros aspectos católicos que también tienen cabida en la canción. “Familia, se lo comenté hace unos días. Siempre soñé con hacer un lanzamiento musical en el día más importante de la historia de la humanidad. Gracias Dios por concederme la oportunidad de honrarte frente al mundo”, ha escrito en su cuenta de Instagram para promocionar su nueva obra. Una obra que, en este caso, tiene sin duda inspiración divina.