Un estudio ha detectado que las 14 marcas de cerveza más populares en Alemania contienen restos del herbicida glifosato, probablemente cancerígeno, aunque en cantidades que no se consideran de riesgo.
La investigación del Instituto Medioambiental de Múnich denuncia que en las marcas analizadas -entre las que se encuentran Beck’s, Paulaner o Franziskaner- se han registrado valores de glifosato de entre 0,46 y 29,74 microgramos por litro.
La cantidad más elevada es 300 veces superior al máximo de 0,1 microgramos establecido para el agua potable, pero los expertos coinciden en señalar que harían falta cantidades ingentes de cerveza diarias para alcanzar un nivel de riesgo.
“Para alcanzar una cantidad sensible para la salud habría que beber 1.000 litros de cerveza. Aún no he visto a nadie en Baviera que se beba esta cantidad. Y si se los bebe, la muerte llega no por los pesticidas, sino por otras razones”, ha asegurado el ministro de Agricultura germano, Christian Schmidt.
En este sentido, el Instituto Federal de Valoración de Riesgos (BfR) ha asegurado que la situación no supone un peligro para los consumidores y que incluso la cantidad más alta encontrada es tan baja que requeriría la tasa de consumo citada por el ministro.
No obstante, el Instituto Medioambiental de Múnich, ha enfatizado en el hecho de que este herbicida, que se sospecha que puede ser cancerígeno, llegue hasta los consumidores.
“A un producto que probablemente sea cancerígeno no se le ha perdido nada ni en la cerveza ni en nuestro cuerpo”, ha afirmado Sophia Guttenberger, experta del centro que ha elaborado el estudio.
Por su parte, los fabricantes han cargado contra el estudio, acusándolo de “absurdo e insostenible”, en un comunicado de la Federación de los Cerveceros Alemanes (DBB) en el que han defendido sus sistemas de control y los de la administración pública.