Ejecutivos de la segunda mayor constructora del país, Andrade Gutierrez, dijeron en un testimonio que la campaña electoral del 2014 de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue financiada en parte con sobornos de grandes proyectos de construcción.
El expresidente de esa empresa, Otávio Marques de Azevedo, declaró a las autoridades que la constructora realizó donaciones legales al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) con dinero procedente del esquema de corrupción de Petrobras, según el periódico brasileño Folha de Sao Paulo.
Azevedo confesó, en el marco de la investigación sobre la red de corrupción en Petrobras, que esas donaciones a la campaña de Dilma Rousseff provenían originalmente de sobornos pagados por Andrade Gutierrez para la obtención de grandes contratos. En 2014, la constructora del país donó 20 millones de reales (5.5 millones de dólares) para la campaña de Rousseff.
De acuerdo con la información proporcionada por Marques, otros 10 millones de reales (2.75 millones de dólares) habrían sido donados al PT entre los años 2010 y 2012. El diario brasileño señaló que no está claro si el dinero fue entregado a la cuenta del comité de Rousseff para la reelección o al PT.
De acuerdo con Marques ese dinero procedía de desvíos que tenían su origen en contratos firmados por la constructora para la ejecución de obras como el Complejo Petroquímico de Río de Janeiro, la central nuclear Angra 3 o la hidroeléctrica Belo Monte. El testimonio, parte de un acuerdo judicial con 11 ejecutivos, constituiría el mayor vínculo hasta el momento entre la extensa investigación por corrupción llamada Operación Lava Jato, indicó el diario.
Esa publicación podría acorralar aún más a la presidenta Rousseff, quien enfrenta el riesgo de un juicio de destitución, por presunto maquillaje de las cuentas públicas en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015. Si el impeachment se aprueba, sería sustituida por su vicepresidente Michel Temer, contra quien la corte suprema pidió también un juicio.
Temer pertenece al partido centrista PMDB, que la semana pasada rompió su alianza con el PT. Pero si Rousseff es hallada culpable de recibir fondos de la constructora para su campaña, su reelección sería anulada y tanto ella como Temer tendrían que dejar el poder.
El abogado de Dilma
Rousseff, Flavio Caetano, negó esas acusaciones y dijo a Folha de Sao Paulo que “toda la recaudación de la campaña de 2014 de la Presidenta fue hecha de acuerdo a la legislación electoral en vigor” .
CRÍTICO DE ROUSSEFF RECIBIÓ SOBORNOS
Delator dijo que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, facilitó contratos con Petrobras
El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, recibió cinco millones de dólares en concepto de sobornos a cambio de facilitar que empresas tuvieran contratos con la estatal Petrobras, dijo ayer un delator de la Operación Lava Jato.
Leonardo Meirelles, quien facilitó por medio de sus empresas operaciones corruptas con varios políticos en el marco de la Operación Lava Jato, dijo ante la Comisión de Ética que investiga al presidente de la Cámara baja que entregó pruebas a la policía de los pagos ilícitos a Cunha en cuentas bancarias en el exterior.
El líder de la Cámara baja es el principal impulsor del proceso de juicio político contra la presidenta brasileña Dilma Rousseff.
Cunha, acusado en agosto pasado por la fiscalía general de haber participado en la trama corrupta en torno a Petrobras, habría recibido los cinco millones de dólares a cambio de facilitar un posible negocio de la empresa Samsung Heavy Industries con la petrolera.
Tercero en la línea de poder en Brasil, tras la presidenta Rousseff y el vicepresidente Michel Temer, Cunha es investigado desde hace meses y, además de una acción en la Cámara baja para deponerlo, su caso también está siendo investigado por el Supremo Tribunal Federal (STF), el único capaz de juzgarle por su fuero privilegiado. Medio centenar de políticos y un centenar de funcionarios de Petrobras y ejecutivos de grandes empresas constructoras están siendo investigados por su implicación en un fraude que desviaba dinero de Petrobras a través de millonarios contratos sobrefacturados en hasta un 20 por ciento.
La petrolera estatal admitió en abril de 2015 que la sobrefacturación y el pago de sobornos le habría causado un perjuicio de unos dos mil millones de dólares, pero la policía brasileña estima que esta cifra podría aumentar a más de seis mil 300 millones de dólares. Por el escándalo en Petrobras se investiga a grandes empresas y a políticos, entre los que figura el presidente del Senado, Renan Calheiros.
EN BRASIL SE NECESITA UN “GRAN PACTO”
La presidenta de Brasil convocó ayer a un “gran pacto” para superar la crisis que paraliza a Brasil. Pero el “pacto”, aclaró, pasa por el respeto a los más de 43 millones de votos que la reeligieron en octubre de 2014 para un segundo mandato.
“Brasil ya superó momentos difíciles haciendo pactos. Pero ningún entendimiento prosperará si no tiene como premisa el respeto a la legalidad y a la democracia. Y la primera premisa debe ser la defensa de la voluntad popular manifestada por el voto”, dijo la mandataria.
Rousseff es acusada en el Congreso de maquillar las cuentas públicas para reducir el impacto de la crisis económica en el año de su reelección. La mandataria busca consensos para superar el impeachment, al que siempre denunció como una tentativa de “golpe de Estado”.
Una comisión de 65 miembros decidirá el próximo lunes si acepta la recomendación de su relator, favorable a su destitución. La Cámara debería votar luego ese informe (requiere una mayoría de dos tercios) y en el Senado por mayoría simple.
En ese caso, Rousseff sería removida de su cargo por un máximo de 180 días, hasta que el Senado dé su fallo definitivo. “Sea cual sea el resultado del impeachment, al día siguiente será preciso construir nuevos puentes”, dijo el diputado Leonardo Piciani.