Dos bombarderos supersónicos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos han volado este martes sobre Corea del Sur como señal de advertencia al régimen norcoreano de Kim Jong-un tras su reciente prueba nuclear, realizada este 10 de septiembre, y que causó un seísmo de 5,3 grados.
combate F-15K surcoreanos y F-16 estadounidenses, los dos bombarderos estratégicos B-1B Lancer realizaron un vuelo a baja altura cerca de la base de Osan, unos 50 kilómetros al sur de Seúl, según han informado las Fuerzas de EE UU en Corea del Sur (USFK) en un comunicado.
Con el despliegue de los dos bombarderos, traídos expresamente desde la base estadounidense de Guam en el Pacífico, Seúl y Washington quieren enviar a Pyongyang el mensaje de que “están preparados para responder en todo momento a las amenazas contra la estabilidad y la seguridad” en la región, según el comunicado.
La demostración de fuerza es “solo un ejemplo de las diversas capacidades militares que forman parte de los recursos de esta sólida alianza para proporcionar y reforzar una amplia disuasión”, afirma el general Vincent Brooks, comandante de las USFK, citado en la nota. El general añade que la prueba nuclear llevada a cabo por Corea del Norte el pasado viernes “supone una peligrosa escalada (armamentística) y plantea una amenaza inaceptable”, y remarcó el “compromiso inquebrantable de EE UU de defender a sus aliados en la región”.
El vuelo de bombarderos estadounidenses sobre Corea del Sur, algo inusual al margen de las maniobras militares conjuntas que los aliados realizan periódicamente, podría generar nuevas amenazas de Corea del Norte en un ambiente marcado por la fuerte tensión desde la última prueba nuclear. Esta prueba, la quinta y la más potente hasta el momento, ha generado una gran preocupación ya que según Pyongyang sirvió para presuntamente poner a prueba “con éxito” la miniaturización de cabezas nucleares equipables sobre los misiles de su nutrido arsenal.