WASHINGTON.- Estados Unidos ha lanzado este jueves en Afganistán una GBU-43/B, conocida como “la madre de todas las bombas”, para atacar objetivos del Estado Islámico. Se trata de la primera vez en que EEUU usa en una operación militar esta arma, la mayor bomba no nuclear en su arsenal, que se desarrolló durante la guerra de Irak.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha confirmado en su rueda de prensa diaria el uso en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, de la masiva bomba, que pesa 9,5 toneladas, de las cuales 8,4 son explosivos de alta potencia en su cono armado. El objetivo, según ha dicho, eran túneles que los operativos del EI usan para “moverse libremente” y atacar a militares estadounidenses y aliados. Un soldado de las fuerzas especiales de EEUU murió el sábado pasado en esa misma provincia en el curso de una operación antiterrorista. Se trató de la primera muerte en combate en 2017 en Afganistán de un estadounidense.
DIRIGIDA CON PRECISIÓN
El uso de la bomba, que Spicer ha definido como “enorme, poderosa y dirigida con precisión”, es según ha dicho también una “muestra” de que la Administración de Donald Trump “se toma muy seriamente la batalla contra el Estado Islámico”. “Debemos negarles espacio operativo” a los terroristas, ha asegurado el portavoz. No ha querido contestar, no obstante, a si EEUU se plantea usar la bomba en otros lugares. Y al ser preguntado concretamente si podría emplearse en otros escenarios como Siria o Corea del Norte ha referido los interrogantes al Departamento de Defensa.
La bomba se lanzó desde un avión MC-130 operado por el Mando de Operaciones Especiales de las Fuerzas Aéreas y ahora se está estudiando el daño provocado en la operación, que según declaraciones de fuentes militares a los medios estadounidenses fue autorizada por el general John Nicholson, que se encuentra al frente de las fuerzas estadounidenses en Afganistán.