domingo, diciembre 22, 2024

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El Madrid pasa de los pitos a la goleada

El Real Madrid arrolló al Celta en una goleada balsámica, pero eso no significa que los ánimos en el madridismo se hayan calmado del todo. La derrota en el derbi de la semana pasada hizo mucho daño y la afición aún no se lo ha perdonado a los jugadores. El madridismo, eso sí, tiene ganas de aplaudir y lo hizo a la entrega, a las ganas de Lucas Vázquez, Pepe oMayoral, pero no a la apatía de otros. La grada no le perdona una a los futbolistas ya se pueden llamar Cristiano o Sergio Ramos. Ambos fueron pitados y el portugués, el gran protagonista del partido, volvió a demostrar que no le gusta nada que le pite el Bernabéu y no dudó en encararse con la afición tras su primer gol de la tarde.

De ahí, que fuese una goleada con bronca, especialmente en la primera parte, ante un Celta que sólo supo aprovechar el nerviosismo del Madrid y del Bernabéu en algunas fases del partido, especialmente en la primera mitad. Un primer acto que comenzó con un Madrid con muchas caras nuevas en el once por las bajas, pero también por decisión de Zidane que dejó en el banquillo a James, más a Marcelo y Bale, recién recuperados de su lesión. El francés ha dejado claro que su apuesta ahora mismo son Lucas Vázquez, Casemiro y Borja Mayoral. Y no va mal porque visto lo visto, los tres, más Kovacic, le dan pulmones y garra a este Madrid. Con eso, los blancos comenzaron mandando, pero sólo duró ocho minutos, los que tardó el Celta en hacerse con el balón y comenzar a jugar. Ahí, el Madrid corría como pollo sin cabeza detrás del balón. Eso provocó los pitos de la grada que aumentaron de volumen cuando Aspas remató primero al larguero y luego al cuerpo de Keylor Navas. El Bernabéu comenzaba a pitar cada vez más y eso reaccionar un poco a los de Zidane pero tampoco como para volverse locos. Jugaban a arreones, siempre comandados por Lucas Vázquez, el único que corría con criterio en el Madrid. Con eso, bastaba para calmar un poco los ánimos de una grada que a punto estuvo de poder cantar un gol en el minuto 21, pero el disparo de Isco lo paró Rubén. Una ocasión que no tuvo continuidad porque el Celta volvió a hacerse con el balón, aunque no creaba peligro real. Así estaba el partido hasta que en el minuto 39, un saque de esquina lo remató Casemiro y lo paró Rubén enviando el balón otra vez a córner que esta vez acabó en gol gracias a un cabezazo de Pepe. Era el minuto 40 y el Madrid, sin hacer mucho, ganaba. Así se llegó al descanso.

Locura en la segunda parte con siete goles

La segunda parte comenzó con un Madrid más veloz y presionando al Celta. Sin embargo, la clave del vendaval blanco en la segunda mitad fueron los pitos que la grada le dedicó a Cristiano por dos errores. El portugués, enrabietado, agarró un balón en la frontal del área y envió un disparo que batió aRubén para poner el 2-0 en el minuto 49. Su celebración fue encararse a la grada recriminándole los pitos. No acabó ahí el espectáculo del portugués porque en el 57, marcó el 3-0 de falta directa. Ahí se ganó a la grada que ya estaba tranquila porque veía a los suyos, por fin, dominar un partido. Ni el 3-1 de Aspas en el minuto 61 puso nervioso al madridismo.

Cristiano era el protagonista absoluto de la segunda parte y marcó el 4-1 en el minuto 64. El partido era un festival blanco ante un Celta sobrepasado y al que, para colmo de males, no le señalaron un penalti por manos de Danilo en el minuto 67. En lugar de penalti, el equipo gallego recibió el 5-1 de Cristiano en el 75’, el 6-1 de Jesé en el 77’ y el 7-1 de Bale, que reapareció, en el 80’. El Real Madrid buscó más goles ante un Celta derrotado, pero el partido acabó con ese escandaloso resultado en un partido en el que se pasó de los pitos a la goleada.

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