El logo de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, CITES por sus siglas en inglés, que se adelanta actualmente en Sudáfrica, tiene una cantidad de animales que asociarías inmediatamente con el movimiento de conservación internacional.
Y también hay un pangolín, un animal que se alimenta de hormigas y del que tal vez no hayas oído antes y mucho menos visto. Sin embargo, este mamífero se convirtió en la estrella de esa cumbre, que es en la que los países acuerdan las reglas que gobiernan el comercio de especies raras y en peligro.
Se cree que esta rara e introvertida criatura, que ha sido comparada con una piña y una alcachofa con piernas, es uno de los mamíferos más traficados en el mundo. Y el miércoles pasado un subcomité del CITES recomendó que las ocho especies de pangolín fueran prohibidas del comercio internacional.
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— CITES (@CITES) 27 de septiembre de 2016
La decisión, si se confirma en una sesión plenaria esta semana, ha sido muy esperada y podría salvar a esas ocho especies de la extinción. Siempre he dicho que el pangolín necesita atención internacional para sobrevivir y el voto de CITES es un paso importante para darle fama.
Según Ginette Hamley, vicepresidente senior de conservación de vida salvaje de WWF, el pangolín es uno de los animales prioritarios en esa conferencia de vida salvaje.
“Se ha vuelto una causa real”, me dijo por teléfono desde Sudáfrica. “Son tan únicos. Son muy diferentes. No hay nada como ellos en el mundo. Ellos han capturado la imaginación de muchas personas y parecen ser muy vulnerables como especie”, dijo Hamley.
Me preocupa que los pangolines puedan extinguirse antes de que alguien los conozca. Ahora es claro que el pangolín se está volviendo famoso y esa visibilidad, junto a esas predicciones, podrían salvarlo. La pregunta es si el reconocimiento llegue lo suficientemente pronto.
Según WildAid, casi 1 millón de pangolines han sido traficados ilegalmente en los últimos 15 años. Esa cifra corresponde solamente a los animales que han sido interceptados, usualmente en envíos medidos por toneladas. Probablemente ese número sea 10 veces más grande, dice Peter Knights, director ejecutivo de WildAid.
A mi modo de ver, la comunidad internacional se ha hecho la de la vista gorda durante mucho tiempo en esta crisis, y ha preferido enfocarse en la conservación de especies más grandes, tiernas y “carismáticas” como el elefante, el rinoceronte y el panda.
Pero las recomendaciones de CITES para prohibir el comercio de todas las especies de pangolines son un paso fundamental.
Hablando en términos de fauna salvaje, se recomendó mover a los pangolines del Apéndice II del CITES al Apéndice I. Esto endurecerá las multas y el tiempo en prisión para los traficantes de estos animales, según expertos.
Por sí mismo, esto no va a reducir la escala de demanda de los pangolines, que son usados en la medicina tradicional de Vietnam y China, o para consumir su carne —que es considerada como altamente cara y fina en esos países— pero sí hará que esos productos en el mercado sean mucho más difíciles de conseguir.
“Las personas básicamente tienen amonestaciones menores” por traficar con pangolines bajo las regulaciones actuales, según me dijo Knights. En China, que se cree que tiene el mercado negro más grande del mundo de productos de pangolín, los traficantes pueden tener hasta 10 años de prisión.
Me costó trabajo imaginarme “pangolines de peluche” en una conferencia como esta.
Pero gracias a Dios existe Instagram.
Las recomendaciones de este miércoles de CITES son un gran inicio, pero aquellas reglas no serán suficientes para salvar a los pangolines. Los grupos de conservación deben continuar haciendo que los productos de pangolín no sean aceptados en Asia.
La audiencia de CNN ha ayudado a esto donando unos 20.000 dólares para financiar una iniciativa antipangolín que fue emitida a nivel nacional en Vietnam y fue dado a conocer por un presentador de noticias que es conocido como el “Anderson Cooper” de Vietnam.
WildAid está reclutando otras celebridades para tratar de llevar un mensaje similar en China y Vietnam. La fama naciente del pangolín puede salvar esta especie. Estoy agradecido de que los negociadores del CITES finalmente votaron para reconocer esto.