El 2016 ha traído entre otras cosas la confirmación de que la política argentina ha de tener una sede simbólica en el Vaticano. El Papa Francisco casi nunca se expresa en forma directa sobre la agenda de su pais pero habla a través de sus invitados. Así, la lista de encuentros argentinos con el Sumo Pontífice es variada y va desde el propio presidente Mauricio Macri hasta la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. En el medio pasaron diputados, senadores, jueces federales, intendentes y hasta jugadores de fútbol. Ahora le ha tocado el turno a quien fuera presidente de la Nación en dos períodos, Carlos Saúl Menem, durante una etapa marcada por el neoliberalismo en Argentina, antesala de la crisis económica de 2001. Además, se trató del primer exmandatario que fue preso, en una causa que investigó la venta de armas a Ecuador y Croacia.
El encuentro entre el Papa y Menem, que viajó junto a su hija Zulema y los hijos de ésta, se realizó en la residencia de Santa Marta y duró casi una hora. “Tuve un encuentro excelente con el Papa Francisco, fue muy gratificante. Es una de las figuras más importantes del mundo de hoy, quizás la más importante”, aseguró el ex mandatario y ahora senador nacional por La Rioja tras la reunión de este lunes. Menem, de 86 años, llegó a la residencia papal minutos antes de las 9 de la mañana con vino de su bodega, grapa riojana y estatuillas de madera con la figura del Pontífice como regalos. Según hizo trascender el propio exmandatario, el encuentro ha sido “distendido” y hablaron “de la situación en Argentina, de Italia, que es un país maravilloso y del mundo”, además de fútbol, claro está. “Lástima que usted sea de San Lorenzo, Santo Padre”, le dijo Menem, y luego el Papa replicó, en referencia a la reconocida identidad riverplatense del ex mandatario: “Pero a mí el caldo de gallina (como le dicen a los simpatizantes de River Plate) no me gusta”.
“Así como yo les pido que recen por mí, yo rezo por todos ustedes y por Argentina. No se pueden olvidar que yo soy argentino”, le dijo el Papa a Menem durante el encuentro y pidió que “se tranquilicen las aguas y no haya más guerras ni derramamientos de sangre en un mundo que en algunos lugares marcha a la deriva”. En cuanto a la tan ansiada y postergada visita papal a Argentina, Francisco le dijo: “Tengo visitas por todo el mundo. Apenas tenga la oportunidad, iré”.