San Pedro Sula. – La atmósfera se enmarcaba con una magia especial, la misma que irradian sus personalidades, mientras Roberto Antonio Jiménez Pascua y Francis Marcela López Gómez, se juraban amor eterno. Tras una sólida y hermosa relación de noviazgo, la pareja dio el anhelado “sí, acepta” en una emotiva ceremonia eclesiástica que quedará grabada en sus corazones y en los de sus seres queridos.

El altar de la iglesia María Reyna del Mundo fue testigo del inicio de esta nueva etapa. Allí, ante la mirada emocionada de sus padres Marcial López y Francis Gómez; Ángel Antonio Jiménez y María Luisa Pascua, padrinos, Julia y César Tielemans, familiares y un nutrido grupo de amigos, Roberto y Francis intercambiaron votos de amor, respeto y fidelidad, prometiéndose un futuro juntos.

Convertidos en marido y mujer, luciendo orgullosos sus alianzas, los recién casados se trasladaron en un clásico Rolls Royce a los elegantes salones Napoleón del Centro de Convenciones del Hotel Copantl. Más de 150 invitados compartieron con ellos una celebración inolvidable, que incluyó un exquisito banquete y una animada fiesta bailable. La moderna puesta en escena del salón realzó cada momento, creando un marco perfecto para las mejores imágenes de esta velada excepcional.

Cada detalle de la fiesta reflejaba el deseo de Roberto y Francis de que sus invitados se sintieran parte de su felicidad. La decoración fue un derroche de encanto, combinando ambientes con una elegante apuesta floral en tonos rojo intenso, naranja, rosado, morado lila y blanco, abundante follaje, candelabros y elegantes chandeliers que se entrelazaban con largos cortinajes. Uno de los momentos más emotivos fue su primer baile como esposos, una escena que fue recibida con cálidos aplausos por todos los presentes.

La emoción alcanzó su punto álgido durante el brindis. Los padres de los novios, Ángel Antonio Jiménez y Marcial López, dedicaron sentidas palabras a sus hijos, llenas de amor y buenos deseos. Invitaron a todos a levantar sus copas para celebrar la dicha de Roberto y Francis en este nuevo capítulo de sus vidas.

Los novios irradiaban felicidad y autenticidad. Francis se deslumbró con un precioso vestido blanco crudo, adornado con delicados encajes florales del diseñador Oliver Martino. Su hermoso ramo añadió un toque de glamour a su radiante imagen. Roberto, por su parte, se mostró como un verdadero caballero, enfundado en un clásico smoker oscuro que combinó a la perfección con zapatos negros y una impecable camisa blanca de etiqueta. ¡Un look sencillamente perfecto!


















