Corea del Norte y Corea del Sur abrieron hoy el llamado “teléfono rojo” entre sus dirigentes. La apertura de esta línea de comunicación se produce a falta de una semana para una cumbre entre los dos presidentes, el surcoreano, Moon Jae-in, y el norcoreano, Kim Jong Un.
Esta línea conecta la Casa Azul (presidencia surcoreana en Seúl) con la oficina en Pyongyang de la Comisión de Asuntos de Estado, presidida por el dirigente norcoreano.
“La conexión histórica entre los dirigentes de las dos Coreas acaba de establecerse”, ha declarado Yoon Kun-young, un alto cargo de la Casa Azul. Hubo una conversación de prueba entre los operadores que duró cuatro minutos y 19 segundos.
La cumbre entre Kim y el presidente surcoreano será el momento culminante de semanas de efervescencia diplomática en la región desde los Juegos Olímpicos celebrados en febrero en el Sur. Y el preludio de una cumbre histórica prevista entre Kim y el presidente estadounidense Donald Trump.
Los dirigentes de las dos Coreas se reunirán en el lado sur de la zona desmilitarizada. Será la tercera cumbre desde el final de la guerra de Corea(1950-53) que concluyó con un armisticio en vez de un tratado de paz, lo que explica que ambos estén técnicamente en guerra.
Moon expresó que quiere una declaración oficial de final de guerra como preludio a un tratado. El presidente Trump dio su “bendición” a las dos partes para negociar este tipo de acuerdo.
El presidente surcoreano también reveló que Corea del Norte se comprometió en llevar a cabo la desnuclearización sin pedir a cambio la retirada de tropas estadounidenses, algo que facilitará las conversaciones entre Washington y Pyongyang.
“Corea del Norte ha expresado su intención de completar la desnuclearización sin la retirada de las tropas estadounidenses, por lo que no tienen ninguna demanda que Estados Unidos no pueda aceptar”, afirmó Moon durante una reunión ayer con propietarios de medios locales en el palacio presidencial.