El Vaticano prepara ya la ceremonia de canonización de los beatos papa Pablo VI y el arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, que tendrá lugar el próximo domingo y a la que está previsto que asistan 70.000 peregrinos de diversas partes del mundo.
Así lo confirmó hoy en rueda de prensa el prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, el italiano Angelo Becciu, quien recordó que también serán elevados a los altares la monja española Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús, los sacerdotes italianos Vincenzo Romano y Francesco Spinelli, la monja alemana María Caterina Kasper y el laico italiano Nunzio Sulprizio.
Pablo VI, el pontífice que concluyó el Concilio Vaticano II, será canonizado en el año en el que se cumple el 40 aniversario de su muerte en 1978.
Becciu recordó que el pontífice, que sucedió al ahora ya santo Juan XXIII (1958-1963) el 21 de junio de 1963, fue un hombre “humilde”, que siempre se guió por su afán caritativo y de ayuda a los demás, y que se caracterizó por tener una gran “serenidad interior”.
Lo definió como “una luz que se encendió y que no se apagará nunca”, un hombre que “cambió el modo de ver la Iglesia” católica, ya que entre sus logros se encuentra la conclusión del Concilio Vaticano II, que marcó al mundo católico en la segunda mitad del siglo XX y que supuso la mayor revisión de la liturgia desde el Concilio de Trento, en el siglo XVI.
Por su parte, monseñor Romero, asesinado en 1980 por un escuadrón de la muerte salvadoreño mientras oficiaba misa, se convertirá el próximo domingo en el primer santo de El Salvador, un acontecimiento que no han querido perderse “5.000 peregrinos del país” que han viajado a Roma para rendirle homenaje.
Así lo explicó el cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, que describió a Romero como “un hombre tímido”, perfeccionista y de ideología conservadora, que ayudó a los pobres y necesitados.
Afirmó que la beatificación de monseñor Romero, en mayo de 2015, provocó un “terremoto” en El Salvador y que ahora la canonización del domingo será “un tsunami”.
A su juicio, El Salvador tiene aún “muchas heridas que no ha cerrado” y dijo que entre otras cosas le falta “conocer lo que Romero predijo e imitar su ejemplo”.
Rosa Chávez recordó la visita privada que realizó el papa san Juan Pablo II a la tumba de Romero en 1983 durante su viaje a El Salvador y también las palabras del papa Benedicto XVI, que dijo de Romero que fue “un gran testigo de la fe”, y de Francisco, que llegó a describirlo como “santo y mártir”.
El cardenal salvadoreño explicó que el lunes está previsto que el papa Francisco mantenga una reunión con los obispos y fieles de El Salvador en el Aula Pablo VI del Vaticano y será en esa reunión en la que le pedirán que visite el país con motivo del viaje que realizará a Panamá el próximo año para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Rosá Chávez confirmó que ya le han trasladado este deseo a Francisco en distintas ocasiones y confesó que les gustaría obtener una respuesta positiva el próximo lunes.
“Esperamos que el papa nos confirme que viene a El Salvador. Recemos para que sea así“, señaló.
La ceremonia tendrá lugar el próximo domingo pero ya desde mañana la fachada de la Basílica de San Pedro lucirá los tapices de los siete beatos que se convertirán en santos.
Al acto está previsto que acudan diversas personalidades, entre ellas, los presidentes de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y de Chile, Sebastián Piñera, o la reina emérita Sofía de España.
Con información de EFE