Lejos de ser una enfermedad que se cure “con una aspirina”, la esclerosis múltiple es un padecimiento altamente discapacitante, que en la actualidad afecta a 2.3 millones de personas en el mundo, principalmente jóvenes, por lo que es importante saber de ella.
Así lo resaltó el presidente del Comité Mexicano para el Tratamiento e Investigación en Esclerosis Múltiple (Mexctrims por sus siglas en inglés), Eli Skromne, al hablar sobre la “realidad y desafíos de la Esclerosis Múltiple”.
En conferencia de prensa, el galeno reveló que a pesar de que se tiene identificada una prevalencia de 100 a 300 personas por cada 100 mil habitantes, en realidad es un padecimiento que todavía se encuentra subdiagnosticado.
En el caso de México, explicó que de acuerdo con la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple, hay 17 casos por cada 100 mil habitantes, por lo que se estima que en el país existen alrededor de 20 mil pacientes.
Sin embargo, el problema es que solo 30 o 40 por ciento están siendo tratados y de esa cantidad, cerca del 90 por ciento recibe atención en instituciones del gobierno, detalló.
Lo anterior, dijo, lleva al reto de plantear para este año una mayor concientización de este padecimiento, ya que afecta principalmente a jóvenes entre los 15 y los 35 años, justo en una etapa en que están estudiando y creciendo profesionalmente.
Al respecto, el neurólogo del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Enrique Amaya, destacó que a esto se suma el hecho de que se trata de una enfermedad multifactorial, ya que no existe un solo elemento que podamos decir que es el detonante.
Por ello, aclaró, es importante brindarle a los pacientes un tratamiento personalizado e integral, a fin de mejorar su calidad de vida, ya que se trata de un mal que no se cura, pero que puede controlarse para garantizar una mayor calidad de vida.
Explicó que fue a partir de 2009 que empezaron a tomarse acciones concretas para el tratamiento y conocimiento de esta enfermedad, por lo que antes de esa fecha muchos pacientes no eran tratados adecuadamente.
De hecho, indicó, fue en la década de los 90 en que se empezaron a dar los primeros tratamientos, pero a México llegaron hasta después del año 2000, por lo que se trata de un padecimiento del que a la fecha no se tiene mucho conocimiento.
De ahí, que el reto del presente año sea generar conciencia sobre lo que implica vivir con esta afección, por lo que el tema es “La vida con Esclerosis Múltiple” (#LifewithMS), con lo que se busca que quienes vivan con este problema, compartan sus experiencias cotidianas con otros pacientes, expuso el especialista.
Desde 2009, el último miércoles del mes de mayo se celebra el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, por lo que este año dicha conmemoración tendrá lugar el 31.
Esa enfermedad se vincula con cuestiones genéticas, pero también con factores del ambiente, como una menor exposición a la radiación solar, deficiencia de vitamina D, tabaquismo, exceso en el consumo de sal, antecedentes de infecciones por virus, sobre todo mononucleosis infecciosa y otros del grupo herpes, refirió.
Hasta ahora no se ha determinado una causa aislada para la esclerosis múltiple, sino una combinación de elementos, por eso se dice que es una enfermedad multifactorial, resaltó la especialista.
A nivel mundial, este padecimiento es más común en mujeres, con una proporción de dos por cada tres casos; afecta a adultos de entre 20 y 40 años de edad, es crónica e incurable.
La expectativa de vida se reduce en promedio siete años, “de ahí que haya adultos mayores con esclerosis múltiple que la adquirieron alrededor de los 20 años de edad”, precisó.
A la esclerosis múltiple se le ha llamado la enfermedad de las mil caras porque sus síntomas son diversos: dificultades para caminar y para enfocar la vista, visión doble, alteración de la sensibilidad en brazos o piernas (hormigueo, entumecimiento o calambres).
Asimismo, el paciente presenta complicaciones para controlar la orina o las evacuaciones, disfunción sexual y fatiga que se manifiesta como falta de energía que lleva a las personas a no poder levantarse de la cama o disminuir sus actividades.