jueves, noviembre 21, 2024

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Estados Unidos perpetúa el aislamiento financiero de Irán

Cuando Marjam preguntó en su oficina del Melli Bank del centro de la capital si podía realizar una transferencia al exterior de Irán, la empleada de la entidad le repitió lo mismo que le lleva diciendo todas las semanas: desafortunadamente los bancos iraníes seguimos aislados de la red internacional de comunicaciones financieras.

Pese a que el pasado 16 de enero se inició la implementación del acuerdo nuclear, Irán sigue a la espera de ver materializados los compromisos adquiridos por las potencias occidentales en relación al restablecimiento de las relaciones bancarias entre el país y el resto del mundo. Y, tres meses después de la fecha de implementación de dicho acuerdo, las autoridades persas han mostrado abiertamente su enfado y culpado directamente al responsable de esta dilación: Estados Unidos.

Pese a que fue la administración Obama la que lideró las negociaciones atómicas con la potencia chií, Washington mantiene importantes restricciones sobre las finanzas persas que dificultan la realización de operaciones financieras entre Irán y las firmas extranjeras. La mayor de estas restricciones pesa sobre los bancos estadounidenses, los cuales tienen prohibido mantener relaciones con los bancos iraníes.

Asimismo, Irán tiene limitadas las operaciones bancarias con otros países cuando éstas se realizan en dólares, «porque todas las transacciones efectuadas con la divisa norteamericana en cualquier parte del mundo tendrán que pasar en última instancia por Federal Reserve de EEUU, es lo que se conoce con el término de U-Turn», explica a EL MUNDO un diplomático iraní asesor del Ministerio de Asuntos Exteriores persa.

Una transacción U-Turn (cambio de sentido) es cómo se denomina al vericueto utilizado por los bancos iraníes para soslayar las sanciones de EEUU y poder realizar transacciones en dólares a través de bancos offshore.

El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, el republicano Ed Royce, presentó el pasado 19 de abril un proyecto de ley que prohíbe a la administración Obama autorizar a Irán el uso del dólar en sus transacciones internacionales. “Las entidades europeas y asiáticas temen nuevas sanciones de EEUU si operan en dólares con Irán y por este motivo se muestran cautelosas a la hora de autorizar las transacciones”, señala la misma fuente.

Una cautela que debería haber desaparecido tras el levantamiento de las sanciones el pasado mes de enero y que, sin embargo, permanece entre las sucursales extranjeras, obstaculizando operaciones millonarias entre empresas europeas e Irán en materia energética, petroquímica y de otra índole.

El Gobierno norteamericano ha reconocido abiertamente que pese al levantamiento del embargo, “Irán tiene prohibido el acceso al sistema financiero de EEUU”, si bien niega que esté obstaculizando las operaciones entre Teherán y los bancos internacionales.

Y con este trasfondo, Irán recibió el pasado 20 de abril un nuevo mazazo. El Tribunal Supremo de EEUU le ha condenado a restituir con 2.000 millones de dólares a las familias de los marines muertos en el atentado perpetrado por la milicia chií Hezbolá en Beirut en 1983, y que se saldó con la muerte de 241 soldados.

Posible denuncia

Irán podría negarse a pagar, pero la sentencia del tribunal estadounidense autoriza a EEUU a utilizar los activos que Teherán tiene congelados (debido al régimen de sanciones) en bancos estadounidenses para indemnizar a las víctimas. Una licencia que ha provocado un enfado descomunal en el Gobierno iraní, dispuesto a demandar a EEUU por “apropiación ilegal” de sus fondos.

El ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, ya ha enviado una carta al secretario general de la ONU informándole de que Irán se reserva el derecho a denunciar al Gobierno estadounidense por estos hechos. “El dinero confiscado en bancos de EEUU pertenece al Banco Central de Irán. La República Islámica considera al Gobierno de EEUU responsable de este robo escandaloso, disfrazado de orden judicial, y está decidido a tomar todas las medidas legales necesarias para restablecer la propiedad robada”, desliza el ministro en la misiva.

El líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, por su parte, ha acusado esta semana a EEUU de “mala fe” y de estar incumpliendo de forma flagrante el acuerdo nuclear al no permitir a Irán acceder a sus activos. Desde la firma del pacto atómico el pasado año, las relaciones entre Irán y EEUU atraviesan su peor momento, poniendo incluso en peligro la continuidad del acuerdo. Pero lo cierto es que, pese a la supuesta reconciliación entre los dos archienemigos históricos, EEUU está limitando la capacidad de maniobra de Irán para reflotar su economía.

Consciente de las restricciones procedentes del otro lado del océano Atlántico, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, afirmó en un viaje reciente a Teherán que la UE hará “todo lo posible” para facilitar las operaciones entre Irán y los países del viejo continente, pues el interés, dijo, es “mutuo”.

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