viernes, noviembre 22, 2024

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FAO llama a conservar los bosques para luchar contra cambio climático en América Latina

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pidió este lunes conservar los bosques e impulsar más políticas agrícolas para luchar contra el cambio climático en América Latina y el Caribe, que puede poner en riesgo la seguridad alimentaria de la región.

La actividad forestal representa el grueso del potencial de mitigación del cambio climático en América Latina“, donde la expansión de cultivos agrícolas y la ganadería están “impulsando la pérdida y la degradación de los bosques”, concluye la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El informe anual sobre el Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación de la FAO, presentado este lunes en Roma y en Santiago, se centra en esta edición en el “Cambio Climático, Agricultura y Seguridad“, aprovechando el histórico acuerdo alcanzado en París el pasado año.

En 2014, las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero en el sector agrícola en América Latina y el Caribe fueron los producidos por los rumiantes (58%), el estiércol (23%) y los fertilizantes sintéticos (6%).

“Hay muchas cosas que hacer y todo depende de la zona agroecológica y los grupos agrícolas”, dijo la representante de la FAO en Chile, Eve Crowley, que aboga por una “mayor coherencia entre políticas agrícolas, seguridad alimentaria y nutricional y cambio climático”.

Y a los consumidores les pide que reduzcan el consumo de carne y limiten el desperdicio de alimentos.

El clima y la agricultura en la región no serán los mismos luego del cambio climático: los pronósticos indican que para finales del siglo XXI habrá una gran variación en el nivel de precipitaciones en Sudamérica”, aseguran los autores del informe.

Incendios en la Amazonía

Mientras en el nordeste de Brasil habría una reducción del 22% en las lluvias, en la zona suroriente de Sudamérica se espera un incremento del 25%.

Para la Amazonía, las previsiones del informe de la FAO son poco halagüeñas: habrá mayor riesgo de incendios, reducción de la superficie de bosques y conversión de estos terrenos en sabanas.

En América Central, el cambio climático amenaza con la extinción del 40% de las especies de manglares.

El informe señala que el cambio climático afectará los cultivos y la ganadería de la región de diversas maneras. En las zonas templadas aumentará la productividad de soja, trigo y pastos, pero la aridez de los suelos y el estrés térmico reducirán la productividad en las regiones tropicales y subtropicales.

Además, se espera una mayor salinización y desertificación en las zonas áridas de Chile y Brasil, mientras que la agricultura de secano en las zonas semiáridas tendrá mayores pérdidas de cultivos.

La FAO también pronostica una caída de la producción primaria de pesca en el Pacífico tropical y la migración de algunas especies de peces hacia el sur.

“La mayor frecuencia de tormentas, huracanes y ciclones perjudicará la acuicultura y la pesca del Caribe, y los cambios de temperatura pueden alterar la fisiología de las especies de peces de agua dulce y generar hundimiento de los sistemas de los arrecifes de coral”, alerta.

Menos alimentos, peor dieta

En un informe complementario sobre la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe, se alerta de que el cambio climático puede afectar las “cuatro dimensiones” de la seguridad alimentaria y amenazar los grandes logros que ha conseguido la región en su lucha contra el hambre y la pobreza.

Así, el cambio climático puede afectar la estabilidad de la seguridad alimentaria, la producción de alimentos, el acceso a los alimentos y, por ende, un eventual cambio de la dieta de la población “poco variada y alejada de patrones alimentarios saludables”.

“Un mensaje importante es que los costos de inacción son enormes”, dice Crowley.

“Vale la pena invertir ahora y tomar las acciones hoy día en vez de esperar, porque no sólo va a tener costos solo para los agricultores y los sistemas de seguridad social de los países, sino para la humanidad en términos de prosperidad y paz”, concluye.

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