WASHINGTON.- El presidente Donald Trump propondrá aplicar de manera estricta las exenciones de viajes a Cuba y prohibirá el comercio con empresas cubanas que sean propiedad de los servicios militares y de inteligencia, según adelantaron la cadena CNN y el diario Politico.
Ambos medios tuvieron acceso a los documentos de las directivas que anunciará el mandatario este viernes desde Miami y aseguran que Trump también rechazará el levantamiento del embargo a la isla hasta que el régimen de La Habana mejore en materia de derechos humanos.
La política de mi Administración se guiará por los intereses clave de la seguridad nacional de Estados Unidos y la solidaridad con el pueblo cubano”, dice el borrador de la directiva de política presidencial de cinco puntos y ocho páginas, a la que accedieron la cadena televisiva y el periódico.
“Trataré de promover un país estable, próspero y libre para el pueblo cubano. Con ese fin, debemos asegurarnos de que los fondos de Estados Unidos no se canalizan a un régimen que no ha cumplido con los requisitos más básicos de una sociedad libre y justa”, añade.
Bajo una estricta aplicación de las órdenes de Trump, los estadounidenses no podrían hacer ningún tipo de transacción con ninguna de las empresas pertenecientes al poderoso conglomerado empresarial del Ejército, el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), el cual se calcula que controla alrededor de dos tercios del comercio minorista de la isla.
La idea de cerrar los vínculos comerciales con GAESA fue propuesta en un proyecto de ley en 2015 por el senador Marco Rubio, el congresista Mario Díaz-Balart y el gobernador de Florida, Rick Scott, todos ellos republicanos, aunque no prosperó.
Así, se confirmarían los rumores de las últimas semanas sobre el importante papel de Rubio en lo relativo a la revisión de la política hacia Cuba.
En cuanto a los viajes, Trump instruirá al Departamento del Tesoro para que audite los viajes hacia Cuba por parte de las aerolíneas estadunidenses que ya han comenzado a operar con su destino.
El presidente pondrá fin al enigma sobre su giro político con Cuba, que enfría de forma evidente las relaciones establecidas por el Gobierno de su predecesor, el demócrata Barack Obama, aunque no revoca toda su política, ya que no planteará el cierre de las embajadas ni el bloqueo total de los viajes.