Con un capítulo que sin lugar a dudas fue de los más impactantes de la historia de la serie, la nueva entrega del programa creado por David Benioff y D. B. Weiss llego a su fin
La memorable sexta temporada de Game of Thrones tuvo una épica conclusión este domingo 26 de junio. Luego de agotar las historias contadas por George R.R. Martin en sus novelas, los responsables de la serie se adentraron este año en un terreno desconocido, generando así varios de los episodios más resonantes desde sus comienzos.
¡Alerta! ¡Spoilers! Si no viste el capítulo, no sigas leyendo
Traición, venganza y muerte. Todos estos elementos estuvieron presentes en The Winds of Winter, el décimo y último capítulo, que estuvo dirigido por el británico Miguel Sapochnik (realizador también de Hardhome y Battle of Bastards).
Entre las novedades más importantes que trajo dicho episodio, las más resonantes seguramente fueron la llegada de Cersei Lannister (Lena Headey) al Trono de Hierro y la confirmación de que Jon Snow (Kit Harington), proclamado Rey del Norte, es hijo de Lyanna Stark (y posiblemente de Rhaegar Targaryen). De esta forma, al ser tan legítimo como cualquier otro, dicho personaje puede hacerse con el Trono de Hierro.
En 69 minutos (The Winds of Winter fue el capítulo más largo en la historia de la serie), muchas de las teorías de los fans fueron confirmadas, y otras tantas historias se cerraron. Pero aún queda mucho camino por recorrer, y las preguntas e inquietudes que deja la sexta temporada recién comenzarán a develarse en abril de 2017, cuando llegue la séptima entrega.
Después de haberse transformado a sí misma con esmero en una asesina, Arya Stark (Maisie Williams) también logró la venganza en una secuencia brillante y el acto más notorio de la barbarie del programa: la Boda Roja.
La bruja Melisandre (Carice van Houten) fue desterrada por su papel en la muerte de la joven princesa Shireen, uno de los interludios más escabrosos de la quinta temporada.
Por último, se confirmó lo que ha sido durante mucho tiempo una fuente de especulación: Jon Snow (Kit Harington) no es el hijo ilegítimo de Eddard Stark, sino su sobrino. Eso crea un montón de posibilidades tentadoras, especialmente con Daenerys (Emilia Clarke).
Vale la pena señalar que la serie hábilmente ha sobrepasado los libros de George R. R. Martin, pues ha enriquecido la experiencia de ciertas maneras, mientras modera la autosuficiencia de los que han leído todas las novelas.
Incluso con sus saltos narrativos, es casi difícil de imaginar que Game of Thrones termine la historia en las dos temporadas que quedan. Después de todo, el final ofreció un montón de pistas sobre “la gran guerra … aún por venir” con los Caminantes Blancos enfrentando a los vivos contra los ejércitos de los muertos.
Los productores están hablando de resolver todo el asunto en el 13 capítulos.
No obstante, en este punto es difícil de adivinar lo que harán los productores David Benioff y D. B. Weiss, que, trabajando con Martin, han creado una serie para la memoria. Y aunque es difícil predecir cuándo y cómo va a terminar el invierno, llamarlo épico no le haría justicia.
Cabe recordar que, a diferencia de las temporadas anteriores, la séptima estará integrada sólo por siete episodios (y no los diez habituales). La misma se basará en las dos novelas finales de George R. R. Martin, aún no publicadas y las que, según se anuncia, traerán grandes sorpresas.
La sexta temporada fue memorable para los seguidores de Game of Thrones, alcanzado nuevos récords de audiencia, con una cifra de 23 millones de televidentes en todas las plataformas en las que se encuentra disponible: emisiones originales, repeticiones, grabaciones en DVR y streaming.