A día de hoy conviven en nuestro país cerca de 2,6 millones de personas con depresión. Un trastorno mental que a nivel global padecen más de 350 millones de individuos y que, como alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituye la primera causa de discapacidad en todo el mundo. Por tanto, la depresión debe considerarse una prioridad en las políticas de salud pública de todos los países, más aún cuando se observan los beneficios, tanto sanitarios como económicos, asociados a su tratamiento. Y en este contexto, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland en Baltimore (EE.UU.) han identificado un nuevo fármaco que podría curar la depresión de en cuestión de horas.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Nature», muestra cómo la ‘hidroxinorketamina’, un metabolito de la degradación de la ketamina, podría revertir la depresión en solo unas horas. Es cierto que numerosos estudios ya habían demostrado que la ketamina es muy rápida y eficaz a la hora de curar la depresión. El problema es que esta ketamina también provoca muchos efectos secundarios, y muy graves –entre otros, alucinaciones–, razón por lo que su uso clínico –que no como droga recreativa, totalmente ilegal– se ha limitado a la anestesia. Sin embargo, la hidroxinorketamina es capaz de inducir los efectos antidepresivos de la ketamina sin causar ninguno de sus graves efectos adversos. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratones.
Como explica Todd Gould, director de la investigación, «se trata de un gran avance potencial, pues podría permitir que los pacientes con depresión pudieran obtener los rápidos beneficios asociados a la ketamina pero evitando todos los riesgos asociados a este fármaco».
Cuestión de horas
Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron el efecto de distintos metabolitos de la ketamina en un modelo animal –ratones– de depresión. Y partiendo de múltiples metabolitos, centraron su atención en la denominada ‘hidroxinorketamina’, un derivado de si bien conserva los efectos antidepresivos de la ketamina no tienen ninguno de sus efectos adversos.
Como indica Carlos Zarate, del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) y co-autor del estudio, «este descubrimiento cambia fundamentalmente nuestra comprensión sobre cómo se lleva a cabo este rápido mecanismo antidepresivo, lo que resulta muy prometedor de cara al desarrollo de tratamientos más eficaces y seguros».
Tal es así que, como destaca Scott Thompson, co-autor de la investigación, «llevamos años investigando cómo tratar la depresión de una manera más rápida y efectiva, y ahora estos resultados nos ofrecen nuevas perspectivas para la primera nueva generación de antidepresivos en los últimos 30 años».