Matthews es lo suficientemente rico como para poseer una casa de 20 millones de euros en Chelsea (que cuenta con su propio cine) o un avión privado (un Pilatus PC-12 valorado en más de 3,5 millones de euros). Pero su vida sería ahora muy diferente si hubiera perseguido su vocación de juventud: la velocidad. Matthews iba para piloto de carreras; a los 18 años ganó los campeonatos británico y europeo de fórmula Renault y ya se hablaba de su salto a la fórmula 1. La cabeza, no obstante, pudo más: a los 19 colgó los guantes de piloto (y de propina también se saltó la universidad), y empezó a trabajar como trader (comerciante).
Tanto Pippa como James son nietos de sendos mineros de carbón del norte de Inglaterra e hijos de millonarios hechos a sí mismos (David, el padre de él, empezó como mecánico y acabó convertido en un magnate de la industria del automóvil). Además de sus orígenes comunes, comparten una pasión por los deportes extremos y no es raro verlos en distintos lugares del mundo llevando a cabo proezas extenuantes (desde un maratón de esquí de fondo en Noruega a una carrera de 75 kilómetros a nado en Suecia), casi todas con fines benéficos.
La tragedia
Pero la vida aparentemente perfecta de Matthews también esconde una tragedia: en 1999 su hermano mayor, Michael, falleció descendiendo el Everest justo después de coronar su cima. Nunca encontraron su cuerpo, y la familia creó en su memoria la fundación Michael Matthews, que financia la construcción de escuelas en países como Nepal, Tailandia y Tanzania. James tiene otros dos hermanos, Nina y Spencer, que es la oveja negra que toda familia bien ha de tener. Famoso por haber participado en hasta tres reality shows de la televisión inglesa, Made in Chelsea, The Bachelor y I’m a Celebrity… Get me Out of Here, en su autobiografía Spencer confesaba haber consumido drogas y presumía de haber tenido sexo con más de mil mujeres.
A los duques de Cambridge, sin embargo, sus andanzas no parecen preocuparles en absoluto, y en un comunicado han asegurado estar “absolutamente encantados” con el compromiso de Pippa. “Muchos dirán que James es un tipo con suerte por haber conquistado a Pippa” —le decía un amigo de la pareja al Daily Mail, que informó en primicia del compromiso—, pero yo diría que la afortunada es ella. Es un auténtico partidazo”.