Esta joven india dedica su vida a bailar, actuando en salas y teatros de todo el planeta. Cuando tiene tiempo libre, busca la tranquilidad, pasear y estar con su familia y amigos, en Chennai, donde nació.
Ser la bailarina más reconocida dentro del mundo de la danza clásica india Bharata Natyam supone que mi día a día es un continuo viajar por todo el planeta, por lo que en mis jornadas libres añoro unos ratos de soledad o de conversación con mi familia. Empecé a estudiar danza muy tarde, a los 16 años, pero ahora mi vida la dedico casi exclusivamente al baile, mi gran pasión. Aunque nací en Chennai (ciudad situada al este de la India), crecí en Nairobi (Kenia). A pesar de eso, mis padres siempre tuvieron claro que nuestra cultura y nuestras raíces debían formar parte de mi educación. Durante esos años estuve muy ligada a mi país, pero es cierto que en África tenía muy pocas oportunidades y mi exposición a las artes clásicas indias era mínima. Así que aprovecho cada viaje que hago a mi ciudad natal en vacaciones para empaparme de la cultura local.
Tengo la suerte de que mi trabajo implica viajar y conocer los sitios más hermosos del mundo. Muchos de mis fines de semana los paso descubriendo lugares. Cuando tengo una actuación en una ciudad desconocida aprovecho mi tiempo libre para descubrir nuevas sociedades, empaparme de la historia y probar la cocina local. Procuro mezclarme entre la gente, cada sitio tiene un espíritu único y me encanta conocerlo.
Cuando no estoy de gira, mi fin de semana favorito lo paso en Chennai con mi familia y mis amigos. El sábado es un día perfecto para comer en familia. El restaurante Anjappar es uno de mis preferidos. Allí preparan platos típicos de la región como el Bisi Bele Bhath, que es un arroz combinado con especias acompañado de patatas fritas, o el Idi, una crep hecha a base de legumbres. Otra de las cosas que me relajan mucho es ir a tomar un té. Uno de los mejores lugares para hacerlo es el Amethyst café, un oasis en la ciudad rodeado de vegetación. Es un sitio ideal para quedar la tarde del sábado con mis amigos y charlar, ponernos al día y dejar que caiga la noche con una taza en la mano.
Llevar una vida nómada me ha transformado y eso implica que vea la vida con una mente más abierta y con más inquietudes. Cada día aprendo algo nuevo y esa vivencia se convierte también en algo interior. He aprendido a mirar dentro de mí para descubrir cosas que aún desconozco de mi personalidad. Por eso el domingo es un buen día para pasear sola por Marina Beach, la segunda playa más larga del mundo. Es una caminata de más de 12 km que atraviesa alguno de puntos más emblemáticos de Chennai, como el monumento de Mahatma Gandhi, la basílica de Santo Tomás Apóstol, una catedral del siglo XII o el templo de Kapaleeshwarar, construido en honor al dios Shiva.