Dos días después de la elección presidencial, Perú avanzaba lentamente en la fase final de su escrutinio, que coloca adelante pero con una levísima ventaja al candidato de centroderecha Pedro Pablo Kuczynski, frente a la populista de derecha Keiko Fujimori, que aún abriga esperanzas.
Con el 97,90% del escrutinio, el candidato del partido Peruanos por el Kambio (PPK) obtenía un 50,16% de los votos contra 49,84% para la aspirante de Fuerza Popular (FP) e hija del hoy preso expresidente Alberto Fujimori, según los últimos resultados difundidos por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
El equipo de Kuczynski se declara seguro de que asumirá las riendas de Perú por cinco años a partir del 28 de julio. “Como porcentaje, las cifras se acortan pero en votos estamos en el rango, unos 50.000 votos de diferencia a favor de la candidatura de Kuczynski”, dijo el aspirante a la vicepresidencia de PPK, Martín Vizcarra, tras salir de una reunión con el candidato el martes.
“Faltan procesar votación en Loreto y Cusco (noreste y sureste), que son favorables para PPK. Y en votos el extranjero, de las zonas que aún no han llegado, sabemos que también son favorables a PPK. Tenemos la confianza de que esta diferencia de 50.000 votos se va a ampliar, pero esperamos, por respeto, la información oficial de la ONPE”, agregó.
Según el último boletín de la ONPE, la diferencia entre ambos candidatos es de 53.712 votos.
Mientras avanza el conteo a paso lento, simpatizantes de Fujimori y PPK anunciaron que llegarán hasta los exteriores del local de la ONPE, en marcha, para defender sus votos, en medio de preocupaciones por los retrasos.
El jefe de la ONPE, Mariano Cucho, pidió aguardar con prudencia los resultados oficiales, que se conocerían en su totalidad a más tardar el jueves.
Aún faltan llegar actas desde la Amazonía, donde problemas meteorológicos evitan la salida de los vuelos, explicó Cucho. Varias de esas actas hacen un primer recorrido por río.
También deben arribar entre miércoles y jueves actas con votos registrados en el exterior. Explicó que además hay 1,6% de actas de votación observadas, que representan unos 360.000 mil sufragios. La final será de fotografía.
– Lenta espera -El martes, Kuczynski, de 77 años, dejó su vivienda con dirección a un club de golf capitalino. “Estamos optimistas, haciendo nuestra gimnasia”, dijo ante los periodistas el también conocido como PPK.
Desde la tienda contraria, Keiko Fujimori, de 41 años, realizó desde temprano actividades y reuniones en su local de campaña. “Vamos a esperar con prudencia”, había dicho la noche del lunes, sonriente y el pulgar en alto, en su última declaración a periodistas.
La mayoría de sus voceros confiaba en que el voto del área rural -donde el fujimorismo es fuerte- pueda favorecerlos. Sin embargo, estos ya han sido casi completamente escrutados.
El lunes, el congresista fujimorista Héctor Becerril pareció admitir la derrota al decir a la prensa: “El sueño del fujimorismo no ha terminado, simplemente se pospone”. En caso de derrota, sería la segunda vez consecutiva que Keiko queda en las puertas de la presidencia. En 2011 perdió ante Ollanta Humala.
– Tender puentes -PPK, exbanquero de Wall Street y exministro de Economía, es consciente que en caso de victoria deberá tender puentes con el fujimorismo, que controla 73 de los 130 escaños del Congreso que asume el 28 de julio y en el cual su partido tiene sólo 18 integrantes.
Según Vizcarra, si llegan al gobierno, llevarán un primer paquete al Congreso con medidas de educación, salud y saneamiento.
“La primera medida será establecer mecanismos de coordinación con las distintas fuerzas políticas (…) No creo que haya partido que no respalde esas mejoras”, comentó el candidato a vicepresidente del PPK.
“Yo soy peruana y si Keiko no sale, no nos queda otra que apoyar a Kuczynski”, dijo por su parte la saliente legisladora fujimorista Luisa María Cuculiza.
– El triunfo del antivoto -El apoyo a Kuczynski también evidencia el rechazo que genera en la mitad de la ciudadanía el clan Fujimori, que ha marcado la vida política del país a partir del autocrático régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), quien purga una pena de 25 años de cárcel por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Denuncias de lavado de dinero contra el exsecretario general del fujimorismo Joaquín Ramírez, y el intento por desacreditar esa acusación por parte de su candidato a la vicepresidencia, José Chlimper, perjudicaron a Keiko y evocaron viejas épocas del gobierno de su padre, cuando campeó la corrupción y la compra de voluntades.
A ello se sumó una masiva marcha que hubo en todo el país para rechazar la vuelta de un Fujimori al poder. PPK recibió el apoyo de la mayoría de candidatos que quedó fuera de la primera vuelta, entre ellos la popular dirigente de izquierda Verónika Mendoza.