San Pedro Sula.- De forma cotidiana y gracias a que juntos asistían al instituto María Regina de La Ceiba, Carlos y Alejandra se conocieron en el 2001 en el aula del tercer curso ¿Destino o casualidad? Fueron pasando los años y sumándose los momentos compartidos. Y, poco tiempo después, iniciaron una relación fruto de su inocente complicidad juvenil.
Tras casi 15 años de noviazgo, y siendo inseparables desde adolescentes, Carlos dio el gran paso con la que desde siempre fue la chica de su vida. Fundidos en un “sí, quiero”, la pareja puso el broche de oro a su relación con una boda pensada al detalle. Como no podía ser de otra forma, luego de 6 meses de compromiso, el enlace que estos protagonistas organizaron estuvo sobradamente a la altura de su preciosa historia de amor.
Por su parte, la ayuda de una wedding planner profesional fue imprescindible para la organización de esta preciosa boda, pues lograron el éxito rotundo de la mano de Jhenifer Rosel, quien dispuso todo y convirtió su ansiado enlace en una celebración particular e íntima, donde solo sus más allegados serían testigos del sueño hecho realidad de ambos enamorados.
Los novios eligieron el Hotel Maya Colonial y su fantástico salón de eventos como el telón de fondo para celebrar su gran noche. La decoración de la boda se caracterizó por unos inmejorables detalles de estilo clásico con tonalidades cálidas, románticas y muy naturales, que se fundían por completo con los colores del propio escenario.
Para la ocasión, los dos lucieron 100% afines a su estilo. La novia se decidió por un vestido de Novias de Blanco de corte princesa y escote corazón bordado con fina pedrería. Para rematar su look nupcial no abusó de joyas –pues únicamente lució unos pendientes de brillantes, su anillo de compromiso y una pulsera discreta– y confió en Mayra Gonzáles, quien enfatizó sus rasgos con un maquillaje natural y dio forma a un estilizado recogido que combinaba ondas suaves y su velo catedral.
El arreglo armonizaba a la perfección con el bouquet cascada en tonalidad nude, de última tendencia. Por su parte, Carlos se enfundó un atuendo oscuro de líneas clásicas, camisa blanca, chaleco en gris satinado y accesorios de piel en negro.
Cada uno de los momentos vividos –tanto durante la ceremonia religiosa como en la recepción postboda– fueron el cúmulo de un montón de emociones indescriptibles. La complicidad entre ambos enamorados y el profundo sentimiento de la primera canción que compartieron como esposos, lograron hacer de ese instante un momento único. Asimismo, Carlos y Alejandra bailaron con sus respectivos padres al compás de The Bangles y Ricardo Arjona.
La melodiosa voz de Nina Maier amenizó la fiesta nupcial al son de un agradable ambiente de celebración que permitió a todos los selectos invitados disfrutar y compartir la felicidad de los recién casados y sus familiares.
El resultado de todo, lo logró captar Farah La Revista con sus preciosas imágenes; dos estilos perfectamente fundidos en una boda única, donde la originalidad y el amor reinaron por completo en la boda de Carlos Raudales y Alejandra Escalante… dos almas enamoradas y un amor de toda la vida.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero