San Pedro Sula.- La naturalidad y el romanticismo fueron los protagonistas del gran día de esta joven pareja. Un enlace que, gracias a los detalles que escogieron estuvo lleno de encanto y un brillo muy especial que culminó con la más fascinante puesta en escena de la promesa de amor entre Carlos y Erika.
Puerto Cortés fue el lugar donde todo empezó. En noviembre del 2015, Erika y Carlos visitaban un famoso restaurante de la costa, por supuesto, cada uno por separado. El “flechazo” para el apuesto joven fue instantáneo: se lanzó a solicitar el número telefónico de la chica de sus sueños y aunque ella se resistió en varias ocasiones, la persistencia de Carlos la dejó sin alternativas.
Transcurrieron 7 días para que Carlos lograra la confianza de la bella joven, que sin dudarlo, apostó por iniciar una relación que en lo más profundo de su corazón sabía que culminaría ante el altar. Y así fue. Caminaron de la mano hasta llegar al 30 de julio del 2016, cuando Carlos sorprendió a Erika en uno de sus restaurantes favoritos, El Portal de Las Carnes, con una pedida muy natural, sin ornamentos y llena de sinceridad que, por supuesto, recibió un rotundo “sí, quiero” de ella. Después de casi 3 años de relación había llegado el momento de vivir uno de los días más importantes de sus vidas.
La verdad es que no les resultó fácil escoger el lugar idóneo para la celebración de su enlace matrimonial. Luego de pensarlo cuidadosamente, por fin encontraron el espacio perfecto para plasmar todas sus increíbles ideas para el gran día. La estancia elegida fue Angeli Garden´s, a orillas de San Pedro Sula, lejos del ruido de la gran ciudad y rodeados de naturaleza.
El 26 de mayo de 2018 fue la fecha señalada para el gran día, una celebración increíble de con toques llenos de romanticismo que confiaron a su wedding planner, Lidabel Mena. Todo empezó con una ceremonia al aire libre, ambientada con el mejor repertorio musical de los novios. Solo al llegar, los invitados dejaron sus dedicatorias en el tradicional árbol de los deseos para luego tener la oportunidad de admirar la espectacular decoración que predominó durante todo el enlace, la esencia misma del altar ceremonial y la complicidad de los novios.
Fue una boda muy íntima con la gente más cercana de Carlos y Erika. Así, pudieron disfrutar con todos ellos sin formalidades, en un ambiente tranquilo y lleno de momentos emotivos y risas. ¿El resultado? Un enlace único de estilo rústico-chic e irrepetible.
Carlos confió en la firma Ted Lapidus para su perfecto traje de novio de corte ceremonia y color gris. A conjunto llevó una camisa blanca de etiqueta con hermosos gemelos y, para redondear el sofisticado look escogió una corbata de tonalidad morado lila y una rosa para la solapa.
En cambio, Erika eligió un vestido exclusivo diseñado por Xinia Sagastume. Un fabuloso modelo de corte asirenado y encaje rebordado que conjuntó con un hermoso velo corto. Todos los complementos fueron de una tonalidad similar, como los pendientes y el collar de swarovski que armonizaron de manera perfecta con el look de su cabellera, decantándose por un semirecogido y el espectacular maquillaje que Sophia Salón utilizó para realzar sus finas y delicadas facciones.
Un enlace muy especial creado a la medida de sus protagonistas por la firma Acontecimientos, retratado por Juan Carlos Castejón y Samuel Romero, en el que seguro, grandes y pequeños pasaron un día fenomenal e inolvidable… Carlos Robles y Erika Gutiérrez nos cuentan que no podrían decidir cuál fue el momento más bonito de la boda, fue perfecta en todos los sentidos, pero que sin duda, nunca podrán olvidar ese magnífico día que Farah La Revista comparte hoy con todos sus seguidores.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero y
Juan Carlos Castejón