San Pedro Sula. – Emilio Javier Jarufe Canahuati y Astrid Valeria Rodríguez Soriano de niños más de alguna vez se encontraron en la escuela o algún evento de la cámara de comercio a la que pertenecían sus papás en Siguatepeque. Luego, Emilio se mudó a San Pedro Sula a sus 11 años y pierden el hilo uno del otro. Para cursar sus estudios universitarios en el año 2012 Valeria también se mudó a San Pedro Sula y se vuelven a encontrar en marzo de 2019 por un amigo en común. Ahí comienza la amistad por una apuesta de sushi y posterior noviazgo.
Tras un año y ocho meses de relación, se comprometieron. Fue el 28 de diciembre que Emilio en complicidad con ambas familias aprovecho como pretexto una sesión fotográfica para organizar la pedida de mano. El novio le pidió a Valeria que se casara con él escribiendo “Will you marry me” en una esfera navideña, ese día decidieron dar el paso hacia el altar.
Y el gran día llegó, Emilio y Valeria se dieron el ‘sí, quiero’ en una ceremonia celebrada por el Padre Jorge Faraj en la iglesia Ortodoxa San Juan Bautista. El novio muy elegante acompañado de su madre Susan Canahuati hacía su entrada al altar, mientras que la novia aparecía, radiante, del brazo de su padre David Rodríguez.
Tras ser declarados ‘marido y mujer’, Emilio y Valeria celebraron su unión, por todo lo alto en el Club Hondureño Árabe, donde llegaron a bordo de un vehículo clásico y fueron recibidos con luces de bengala.
Y fue precisamente al ritmo de Christian Daniel y su tema “Para Siempre”, canción que también fue el tema de la pidió la mano, haciendo un mix con “Caminar de Tu Mano” de Fonseca y Río Roma, que esta pareja de enamorados ingresó a la pista para dar por iniciada la fiesta nupcial. ¡inolvidables escenas!
Los recién casados estelarizaron el cumplimiento del protocolo en una noche que dispuso de la planeación de Alexandra Lockmer con la decoración de Jackeline Cabrera, quienes se encargaron de cuidar hasta el último detalle de la puesta en escena del recinto, estilo ecléctico. Absoluto romanticismo entre iluminación tenue, flores y velas…los tonos negro, dorado y plateado símbolo de elegancia, originalidad, muchísima clase, sofisticación y glamour; para darle un look más suave predominó el blanco de los árboles de cerezo o Sakura que augura buena fortuna y amor, los detalles personalizados coronaban con el pastel de bodas creación de Signature Cakes.
Ambos novios lucieron radiantes en su mágica noche de bodas, acordes por completo con la impecable atmósfera. Para la especial ocasión, Valeria lució un diseño glamuroso y elegante de la diseñadora internacional Pnina Tornai, un vestido estilo sirena con corsé transparente sin tirantes envuelto en delicadas aplicaciones de encaje y bordado en fina pedrería a la altura de la cintura, color ivory.
Lo combinó con unos finos pendientes y pulsera, unos cómodos finos zapatos y un ramo confeccionado con rosas blancas y baby breathe. Mientras que su look resplandeciente peinado y maquillaje fue creación de Gabriela Ham e Iris Portillo que estilizó su bello rostro, complementando su imagen de novia perfecta con un delicado velo estilo catedral con una caída perfecta, pieza que reflejó la exquisitez de su gusto.
Emilio Javier, no se quedó atrás al elegir vestir un moderno Tuxedo negro con estampado oscuro, conjuntado con camisa blanca de etiqueta, zapatos de charol, y un prendido en la solapa a tono con la apuesta floral.
Y entre momentos emotivos, en los que los sentimientos de amor, amistad y familia brotaron sin cesar en un ‘sí, quiero’ de ensueño, se rindió homenaje también a la tradición árabe mediante el baile de velas que lo realiza la novia con sus amigas solteras. Se apostó por la amenización musical de DJ Luna con su carnaval blanco, complementando la exclusiva velada nupcial con el refinado catering de la casa.
Fotos Edwin Sánchez