San Pedro Sula.- Cuando el amor toca a la puerta de dos corazones, trasciende y pasa delante de las maneras más inesperadas e impensables…Y así, sin previo aviso, ese primer encuentro desencadena lo predestinado hasta concretar el gran propósito, que en esta historia tuvo sus inicios 7 años atrás, cuando Eva Ruth y Edgardo cruzaron sus caminos durante un viaje a Copan Ruinas, donde ella fue invitada a ejecutar su romántico violín, y él, -sin imaginarlo- fusionó su talento musical en una mágica velada que se convirtió en el hilo conductor de este fantástico relato.
El tiempo transcurrió hasta llegar el momento de partir, puesto de Edgardo debía trasladarse a Guatemala para concretar sus estudios en medicina, especializándose en traumatología y ortopedia, manteniendo una relación con Eva Ruth a distancia, y esperando el reencuentro que traería más adelante el oportuno compromiso matrimonial. Ambos estaban conscientes de su amor y luego de una inolvidable pedida de mano, dispusieron poner fecha a su enlace, apostando por una velada nupcial que tuvo como escenario los salones Jordán del Club Hondureño Árabe.
A la luz de románticas velas y en un entorno privilegiado, Eva Ruth y Edgardo fueron declarados marido y mujer…sus miradas de complicidad parecían delatar sus más profundos sentimientos y emociones a flor de piel. En una atmósfera que armonizó tonalidades cálidas y pinceladas en dorado, donde un sinfín de detalles en colores crudos acentuaron la puesta en escena que realzó elementos naturales como el trigo y elaboradas hogazas de pan, transmitiendo la más pura esencia de los novios, se concretó la recepción postboda que dispuso de la coordinación y planeación de Diana Pineda, que de la mano con la decoración de Damaris Belis, complacieron al dedillo los anhelos de los recién casados.
Las sorpresas estuvieron a la orden de la velada que inició con el baile de los novios en la pista central al ritmo de un remix musical y posterior brindis, sin olvidar la presentación especial de ambos al ejecutar el violín y piano, instrumentos que unieron sus vidas en un escenario y que ahora forman parte de su romántica historia de amor. La amenización musical de los entrañables amigos del novio, Carlos Vallesteros y Ángel Ortega, brindó el toque agregado a la fiesta de bodas que se prolongó durante varias horas en una atmósfera distendida y única ¡sencillamente fabulosa!
Edgardo, que preparándose para la ocasión se enfundó un smoking diseñado a la medida por Saúl E. Méndez, y lo combinó con una camisa blanca de etiqueta y sus mancuernillas de plata, se mostró como todo un elegante caballero del brazo de su amada, quien se decantó por un modelo que reflejó la exquisitez de su personalidad al apostar por la casa de David´s Bridal; un vestido de corte levemente asirenado y escote V, larga cola con apliques ilusión bordados en fina pedrería y cuerpo de encaje. Lo conjuntó con un bouquet de novia en rosas y follaje silvestre, discreta joyería y el peinado perfecto: un recogido desenfadado que coronó con un tocado joya y la propuesta beauty natural de Melissa Torres Make Up Studio.
Invitados provenientes de la localidad, el interior del país y extranjero, compartieron con esta pareja de enamorados la noche más importante de sus vidas, donde el refinado catering de la casa, amenas charlas y fotografías, enmarcaron cada instante que atesoran en sus corazones en forma de recuerdos imborrables de la boda entre Eva Ruth Rojas y Edgardo Cueva… una gran fiesta de amor y predestinación en estado puro.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero