San Pedro Sula.- De no caerse bien, a una amistad que acabaría en un gran amor. Y si, en un principio a Keren no le encajó la personalidad de John, poco después se irían acercando conformando una amistad preciosa, donde el uno sería el apoyo incondicional del otro. Esta es la historia de John y Keren, quiénes después de 6 años conociéndose y más de 3 años de relación, se dieron el “sí” en un romántico desenlace de compromiso matrimonial que tuvo lugar en una paradisíaca residencia ubicada en las playas de Puerto Cortés.
La fuerte complicidad que existía entre ellos no podía acabar de otra manera: el amor más inesperado llamó a sus puertas y, esta vez, sería para unir sus corazones en uno solo. Un tonto cosquilleo en el estómago empezó a surgir cada vez que se veían, las simples miradas dejaron de ser simples para convertirse en cómplices especiales, y empezaron a notar en cada roce de la piel un sinfín de sensaciones distintas.
Gracias a esa mezcla de emociones, John y Keren decidieron arriesgar en una noche, el 3 de noviembre del 2016, dándole la bienvenida a ese mes lanzándose a la aventura de iniciar una relación formal.
En todo el tiempo de noviazgo, a ambos les comenzó a rondar por la cabeza una idea de la que nunca se arrepentirían… Y por fin llegó el esperado momento. Después de una declaración llena de originalidad y romanticismo en la que John dejó claros todos sus sentimientos, Keren dio el “sí” que cambiaría sus vidas por completo. Así empezó para ellos el gran viaje de la organización de su preciosa boda.
Soñaban con un enlace diferente, donde el protocolo estuviera presente pero siempre por debajo de sus personalidades y estilos, donde la familia no estuviera fuera de contexto y donde la imaginación de ambos jugara a sus anchas. Y de esta combinación -tan soñadora como complicada-, John y Keren comenzaron a ver una realidad cada vez más cercana.
Después de escoger los salones San Pedro del Hotel y Club Copantl para celebrar la ceremonia civil y eclesiástica, y dejando de lado los temas de logística y menú -de los cuales se encargó el mismo establecimiento-, John y Keren, con la ayuda incondicional de Sandra Rubí Eventos, comenzaron con el proceso de una decoración exclusiva y personal, pensada y elaborada completamente para los suyos.
En esa gran noche, los novios eligieron para su cita unos looks impecables. Ella se decantó por un vestido romántico, sutil y muy elegante, obra de su diseñadora de cabecera. Lo acompañó de un calzado en tono plata con suaves destellos…una imagen muy oportuna para el elegante escenario sampedrano. Un romántico ramo en sus tonalidades favoritas puso el broche de oro a un vestuario muy personalizado. Él, por su parte, decidió lucir un moderno traje en color ocre mate, camisa de etiqueta y corbatín blanco, combinados con los zapatos y cinturón de su diseñador favorito. Dos estilos muy diferentes pero personales y, en combinación, perfectos.
Una decoración inigualable, y una pareja absolutamente especial convirtieron una noche de frío otoño en un momento inolvidable en la memoria de todos los que estuvieron presentes. Por ello, el equipo de Farah La Revista, no quiso perderse nada, fotografiando cada gesto, cada detalle, y cada sonrisa de emoción. Los más increíbles instantes de la boda de John Beaumont y Keren Zambrano jamás quedaran en el olvido. De este modo, nuestros seguidores conocerán hoy la representación más exacta de la ilusión, las ganas y el amor con esta fantástica boda. ¡Disfrútenla!
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero