San Pedro Sula.- Tras casi seis años viviendo de la mano, José Eduardo y Giselle se prometieron pasar el resto de su vida juntos. Se juraron amor eterno en una ceremonia al aire libre en la terraza del Hotel Hyatt Place San Pedro Sula, en un escenario enmarcado por un cielo despejado y brillantes estrellas…un entorno idílico inspirado en el arte pictórico y una gastronomía exquisita, acentuaron un enlace completamente personalizado y fuera de lo común .
La ceremonia civil, que se decoró con follajes y flores naturales, detalles en espejo y un refinado toque vanguardista obra de Lucía G Estudio, fue emotiva ante la presencia de familiares y amigos. Se cerró con el intercambio de unas alianzas, el primer beso como esposos y la lluvia de felicitaciones y abrazos augurando buena fortuna para la especial pareja ¡Viva los novios!
Una vez convertidos en marido y mujer, y tras dedicar unos minutos a retratarse en los espacios más singulares del lugar, estos novios y sus selectos invitados, disfrutaron de un cóctel y una cena en la mejor compañía. Todo fue único: la alegría despuntó a cada momento en un ambiente armonizado a la perfección por la magistral planeación y organización de Mate Canahuati, que junto al ingenio decorativo de Lucía Gudiel, crearon una expresión totalmente diferente y sorprendente, apostando por una paleta amplia de colores diversificada en bastantes tonos, mezclas geométricas y buen gusto.
El resultado fue una atmósfera acogedora y energética inspirada en el arte pictórico, cristalizando la temática de manera audaz con una expresión muy personalizada de los novios que se reflejaba en cada pincelada de las obras abstractas que complementaron la decoración de la estancia en su totalidad.
Para la especial ocasión, Giselle se enfundó un vestido de novia en tonalidad marfil de línea A con larga cola, extensa botonera en su espalda y escote barco. Una pieza discreta que destacaba por el efecto glamuroso y romántico estilo. Lo combinó con un bouquet silvestre con variedad de rosas nude y pinceladas verdes a juego con su melena semirrecogida. Todo el conjunto armonizó a la perfección con un maquillaje muy natural y fresco. José Eduardo, que no quería dejar de lado su estilo personal la noche de su boda, eligió un clásico traje oscuro, de su casa diseñadora favorita, lo conjuntó con una camisa blanca de etiqueta, corbata y pañuelo en rosa marfil ¡ambos brillaron con luz propia!
Contando con la presencia de Farah La Revista, resultó esencial inmortalizar mágicos instantes con acertados disparos fotográficos durante el fantástico enlace nupcial en una noche libre de protocolos, glamurosa y única de principio a fin…La boda de José Eduardo Tinoco y Giselle Rojas…un enlace audaz inspirado en el arte pictórico ¡Un místico viaje por los paisajes del alma de esta pareja de enamorados!
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero