San Pedro Sula.- El amor entre este mexicano y esta hondureña nació de manera impredecible, puesto que se conocieron siendo misioneros hace 6 años, la oportunidad perfecta para establecer una bonita amistad que los llevaría a través de un camino sorprendente. Siendo amigos y aunque existía atracción en común, Samuel tomó la determinación de involucrarse en un seminario sacerdotal, donde confiesa que rezaba cada día con el rosario que María Fernanda –la protagonista de esta historia– le había obsequiado con mucho cariño.
Durante 2 años –que parecieron una eternidad– el apuesto joven se dedicó a su devoción religiosa, hasta que un buen día se convenció de que María Fernanda era la chica de su vida. Sin dudarlo más, la buscó e iniciaron un romántico noviazgo de 2 años que culminó en un fantástico compromiso y una boda que reflejó la esencia pura de dos personalidades que se sumergieron en un amor incondicional y eterno.
Residiendo en Monterrey, México, María Fernanda anhelaba honrar a sus padres y promover un acercamiento entre el joven de sus sueños y ellos, razón suficiente para apostar por un enlace que tuviera como locación su ciudad natal: San Pedro Sula. Así, y después de viajar juntos y visitar varios lugares, buscando la estancia que cumpliera con sus expectativas, llegaron al Centro de Convenciones del Hotel y Club Copantl ¡los enamoró desde la primera impresión!
Los novios se encargaron de la propuesta más especial, eligiendo como escenario los salones Emperador, ubicados en un entorno privilegiado ¡Ideal para la boda que ellos vislumbraban como la más perfecta de todas! La estancia acogió a esta pareja para sellar su amor, rodeados de familiares y amigos, provenientes del interior del país, Panamá y México, teniendo como organizadora y planeadora a una de las profesionales más reconocidas de la ciudad: Irela Pérez.
María Fernanda se decantó por un traje de corte asirenado, con cuerpo de encaje rebordado, escote corazón y larga cola ¡Completo glamour! Joyería discreta y un bouquet de novia con aire romántico en tonalidad nude, remataron su look nupcial. Por su parte, Samuel apostó al 100% por un Frac de color oscuro, conjuntado con camisa blanca de etiqueta con botonera negra, chaleco y corbatín de color marfil ¡todo un elegante caballero!
Al concluir los protocolos de rigor, los protagonistas sorprendieron a todos sus invitados reflejando sus culturas con la elección de las bebidas típicas de sus tierras, fue cuando comenzó la diversión en la “hora mexicana”, donde los sombreros charros y las selfies, le pusieron el toque alegre a la velada nupcial amenizada magistralmente por Cris Davis.
Aunque ninguno de los presentes olvidará el día en que esta pareja de enamorados hicieron la promesa de compartir el resto de sus vidas juntos, la profesionalidad del equipo de Farah La Revista hará que todavía sea más difícil, gracias al reportaje que realizó como testigo de la boda de María Fernanda Naranjo Moncada y Samuel Treviño Rodríguez… dos culturas latinas fundidas para siempre en un “Sí, quiero” único e inolvidable.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero