San Pedro Sula.- Cuando menos lo esperas, de una hermandad y amistad puede surgir un amor inolvidable… y así podría contarse la romántica historia de Mario y Cinthya. Esta pareja de jóvenes se conoció como lo hacen en los mejores relatos de vida: de la forma más sencilla, espiritual y romántica posible. Casualidad, o bien que el destino estaba escrito para ambos, Mario asistía y servía en la misma congregación ministerial que Cinthya frecuentaba de manera muy constante en Puerto Cortés. Poco a poco, la chispa surgió. Tras 7 años siendo amigos, tomarían las riendas de su relación encaminándola hacia una historia romántica, cómplice… única.
Nada más y nada menos que 2 años. Ese fue el tiempo que Mario y Cinthya compartieron juntos como novios antes de dar el paso más decisivo en sus vidas: formalizar su amor ante el altar. Lo hizo Mario, y de una forma que su chica jamás olvidará… ¿Qué mejor que New York para gritar a los cuatros vientos lo que sentían el uno por el otro?
Todo estaba preparado. Nada podía salir mal. Y menos en un lugar de ensueño como Nueva York… El joven aprovechó un viaje que ambos tenían preparado en la imponente ciudad estadounidense para pedir matrimonio a la mujer de su vida en época navideña. Mario preparó el escenario instalado en pleno centro de Rockefeller tree, con una enorme pancarta que tenía impresas las palabras mágicas: “You Marry Me?”; en presencia de su familia sacó el anillo de compromiso y se puso de rodillas ¡Toda una sorpresa! Ante los nervios, la joven no fue capaz de articular un solo gesto… pero no hizo falta, ¡sobraban las palabras!
El momento fue único, y… ¿el final? La celebración de una boda ensueño. No podía ser de otra forma. La pareja decidió hacer del Club Hondureño Árabe el escenario de su “sí, quiero”. Todo lo celebraron en el mismo lugar: tanto la ceremonia -que llevaron a cabo bajo una pérgola vestida de chiffon y enredaderas-, como el banquete y fiesta nupcial que compartieron en la misma estancia.
Al son de “El Trío de Eva”, la novia apareció deslumbrante en el recinto. Cinthya se decantó con un vestido de la más reciente colección de David´s Bridal con escote corazón, mantilla española y unos zapatos a medida de Steve Madden que asomaron luminosos destellos en plata. Lució un precioso recogido de su estilista de cabecera, Sonia Hernández, complementado con un maquillaje potente e iluminador que apostó por Bridie Zoar de Pro Makeup Artist y la fina bisutería de London Brides. Cinthya confió en Casa, Jardín y Más para la creación de un precioso bouquet único, con rosas en color ciruela que llevaban pequeñas incrustaciones de pedrería en el centro. El novio, por su parte, lució un cómodo smoking absolutamente fantástico y elegante.
En cuanto a la planeación de la boda, Mario y Cinthya confiaron en Fabiola Orellana y apostaron por una decoración basada en un estilo elegante y romántico con toques de inconfundible esencia personalizada. Destacaron un sinfín de flores en tonos cálidos y pinceladas de rosa ciruela -de las que se encargó el staff profesional de Casa, Jardín y Más-, armonizadas entre la suave iluminación que con destellos azul generó una atmósfera incomparable y genuinamente exquisita. Las notas musicales del Sax, violín y piano, amenizaron el principio y el final de una noche única, que los novios y todos los invitados supieron disfrutar hasta el último minuto.
De esta gran noche, en la que no faltó el amor incondicional entre Mario Escobar y Cinthya Zelaya, la amistad y hermandad más auténtica y un sinfín de momentos divertidos, fue testigo el equipo fotográfico de Farah La Revista, encargada de retratar la magia de cada instante. Aquí, los detalles del resultado: una galería virtual llena de luz, magia y color que culmina con la complicidad de los novios, quienes comparten con todos ustedes, nuestros seguidores, las imágenes de su recorrido de Luna de Miel que inició en la romántica Paris y finalizará en Santorini, Grecia.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero