San Pedro Sula.- Ricardo y Arlene, se conocieron mucho antes de que triunfara el amor entre ellos. Decididos a que su enlace fuera único, en un entorno idílico y una promesa de amor definitiva, esta pareja de enamorados preparó su mágica noche de bodas, iniciando con la ceremonia religiosa que tuvo lugar en la iglesia María Reina del Mundo, donde el padre José Vicente Nacher los declaró unidos en matrimonio.
Apostaron por una celebración en el Centro de Convenciones del Hotel y Club Copantl, un lugar espectacular localizado en la parte alta de la ciudad, donde Ricardo y Arlene festejaron su “sí, quiero”, prometiéndose pasar el resto de sus vidas el uno al lado del otro.
Su círculo social de amistades y familiares ingresaron al recinto de celebración para disfrutar de una velada inolvidable que inició con el protagonismo de los novios durante el baile más bonito jamás compartido y continuando con el emotivo brindis por la felicidad de los recién casados. Y tras ese emocionante momento, lo celebraron con un banquete que, sin duda, fue ¡una recepción más que especial!
Al ingresar a los salones Napoleón, realzaba el cortinaje en gris y blanco al entorno del lugar, que entre chandeliers y glicinias en la pista central, generaban un ambiente refinado gracias al buen gusto de Alexandra Lockmer, en quien confiaron la planeación y decoración de todo el evento nupcial. Elegantes pedestales coronados con flores naturales en las que destacaron hortensias, rosas nude y verdes follajes, se impusieron entre las bases de espejos que reflejaron nardos y dragones atados con delicados detalles en fina pedrería ¡Cuánto glamour y estilo!
La voz de Nina Maier y su orquesta amenizaron la velada nupcial que también dispuso de la participación especial de Chepe Show, Dj Base y “The Shooter Machine”, mientras los selectos invitados acompañaban a los novios en una de las noches más fascinantes de sus vidas.
¡Ricardo lució espectacular! Vistió un smoking oscuro combinado con camisa blanca de etiqueta y calzado de charol. Arlene tampoco se quedó atrás: estuvo preciosa con su vestido de novia en blanco con pinceladas florales en plata, diseño exclusivo de Marchesa. Un traje de escote barco, y manga corta que enamoró a todos con su encaje rebordado y caída. Lo combinó con su bouquet de rosas naturales en nude, complementando su look con el maquillaje profesional que obró para ella Mariela Bueso y su apuesta beauty que confió a “Las Meninas”.
Fue una velada nupcial única e inolvidable que se ve reflejada en las imágenes que logró Farah La Revista, centrándose en hacer algo único en un lugar particular, y capturando así cada instante de esa gran noche en la que Ricardo Antonio Rivera Saad y Arlene María Imendia unieron sus corazones en un enlace sin comparación alguna.
Por: Dayana Ortiz
Fotos: Samuel Romero