San Pedro Sula.- En ocasiones, las historias de amor son más que un fragmento de vidas que se funden en una sola…así es el relato de Ricardo y Jennyfer. Intercambiaron sus primeras miradas en el 2006, cuando fueron presentados en un lugar muy especial para ambos: El Salón del Reino de los Testigos de Jehová…la locación perfecta para aquel primer encuentro…
Y así, transcurrieron 10 años, hasta que un 22 de mayo, mientras el regresaba de unas cortas vacaciones y compromisos en Nueva York y Boston, reflexionaba sobre alguna persona con la cual poder construir una familia, y de manera espontánea, vino a su mente la imagen de aquella joven que conoció hace un buen tiempo atrás…se trataba de la bella Jennyfer.
Sin dudarlo, Ricardo se dispuso a contactarla y establecer una conversación ¡ocurrió lo inevitable! fueron construyendo una relación de noviazgo muy intensa y significativa que los llevó a una pedida de mano excepcional que tuvo como escenario el Museo de Vizcaya en Miami…Allí, con sortija en mano, y a orillas del mar, tomó por sorpresa a la chica de sus sueños en presencia de las familias de ambos…Ella dijo ¡Sí!
Su historia volvió a entretejer el mismo telón de fondo en el que 13 años antes se habían conocido, para esta vez, intercambiar sus votos matrimoniales teniendo como discursante de la solemne ceremonia a Edwin Skinner. Sellaron su unión con un romántico beso para luego abordar el clásico Mercedes Benz del 72 en el que se trasladaron al Club Hondureño Árabe; el entorno privilegiado que acogió su inolvidable fiesta postboda.
Ya en la estancia, la maravillosa entrada de los novios al exclusivo recinto de celebración, hizo sostener el aliento de muchos, acaparando las miradas de todos los selectos invitados ¡eran perfectos! y tanto, que la dulce timidez de Jennyfer parecía perderse en la sobria personalidad de Ricardo, convirtiéndose en dos almas que se fundían en una sola…
Con el Grupo Primera Fila aperturando el acontecimiento, la Compañía de Baile Chepe Show hacia su entrada al estilo Luis XV, mientras los novios ingresaban a la pista central; un espacio creado para ese mágico y sublime instante repleto del más puro romanticismo con una nueva propuesta floral que mostraba el hermoso jardín colgante de glicinias fusionadas entre cristales y chandeliers. La estela de luces LED infinity acompañó cada paso que dieron en aquel romántico encuentro sobre el escenario.
Aquellos instantes parecían extraídos de un retazo de película, puesto que la voz de Nina Maier deleitó a los novios en su primer vals al son de “Te quiero tal como eres tú”. Las emociones de las familias Kattán Facusse & Salamé Ávila, se tornaron aún más viscerales cuando la madre de la novia, la distinguida dama Lourdes Ávila de Salamé, brindaba la bienvenida a quienes les acompañaron en la irrepetible velada nupcial.
En cuanto al banquete de bodas, los manjares más exclusivos de la casa fueron parte del menú dispuesto para los recién casados y sus invitados; el refinado catering no estaría completo sin el exquisito y clásico pastel de 6 tortas que Nadia Canahuati de Signature Cakes elaboró dedicadamente para la ocasión. La pareja determinó agregar un detalle muy especial entre los postres: un tradicional fruit cake acompañado del más fino champagne ¡delicioso! Con la presentación estelar del maestro del violín, Ángel Ríos, la puesta en escena para los comensales estaría más que completa en su esencia de fondo.
Para ataviar los Salones Palestina, apostaron por una decoración absolutamente maravillosa e inspirada en la más pura esencia clásica del lugar, revistiendo cada espacio con una acertada fusión de tonalidades ivory, pinceladas en dorado y escasos follajes. Románticas velas reflejaban su tenue luz sobre tableros de espejos en las mesas de diversas alturas y formas; mobiliario jamás antes visto en la ciudad y logrado expresamente para esta recepción de corte único y exquisito glamour.
La armonización de hortensias, lirios, rosas, claveles y baby breat, complementó el montaje que incluyó sillas dubai, infinity y catalina, generando así una atmósfera cómoda y sofisticada repleta de elementos y detalles bajo una iluminación de diversas intensidades, haciendo del recinto la más fiel manifestación de la perfecta distribución de espacios en su diseño original.
Durante todo un año, esta pareja de enamorados planeó con suma dedicación y mimo su gran noche de bodas y para una tarea tan delicada y especial, les fue imposible elegir a otra wedding planner que no fuera Ruth Pérez. Su indiscutible audacia y experiencia, les permitió sobrepasar las expectativas de lo que esperaban en todo sentido, desde la ceremonia, traslados, manejos de tiempos, escasos protocolos ¡y por supuesto! la esperada fiesta postboda que contó con la amenización musical de DJ David Galindo. Además, la diversión estaba asegurada con las 2 presentaciones de la Compañía de Baile Chepe Show que culminaron con el típico carnavalito hondureño.
Jennyfer escogió su modelo predilecto de la colección de Marchesa. Un delicado vestido en tonalidad ivory, corte evasé muy romántico y espesa caída; minimalista pero lleno de personalidad. Fue precisamente Melissa Gudiel quien esculpió sus finas y delicadas facciones con un maquillaje muy natural y profesional, además de estilizar su larga y oscura cabellera que se dejó ver a través de su velo catedral. Ricardo, por su parte, escogió un elegante tuxedo de Galiani, una de sus firmas favoritas, cuando de exclusividad se trata. Su impecable porte lo hizo mostrarse como todo un caballero ¡perfectos ambos!
De esta fantástica noche fueron testigos los profesionales de Farah La Revista. A partir de un gran número de imágenes exquisitas, se logran palpar un sinfín de emociones vividas por los protagonistas y quienes les acompañaron en su mágico “Si, quiero”…un enlace lleno de innovación, personalidad y una luz muy especial en la boda de Ricardo Kattán Facusse y Jennyfer Dahabiye Salamé Ávila… una historia de amor que merece ser contada
Por: Dayana Ortíz
Fotografías: ElDiarioHN