San Pedro Sula.- De una simple y cotidiana coincidencia nació el amor entre ambos…ese amor que con el paso del tiempo los llevó a la sorpresa imprevista de su compromiso matrimonial y la celebración de un “Sí, quiero” de ensueño, repleto de magia y romanticismo puro. Enamorados y viviendo una hermosa relación de amor durante 2 años, Rigoberto y Denia María decidieron fundir sus corazones en la que se convirtió en una de las noches más felices para ambos…
La pareja soñaba con una ceremonia religiosa en La Iglesia La Santa Cruz de la colonia Tara, en una homilía muy especial oficiada por el padre Henry Asterio Rodríguez. Pasada la ceremonia, llegaba el momento de festejar su unión por todo lo alto. Para ello, Rigoberto y Denia María quisieron que el Centro de Convenciones del Hotel y Club Copantl –un espacio privilegiado localizado en la parte alta de la ciudad– se convirtiera en el lugar que acogiera su banquete nupcial y la gran fiesta posterior. Su exquisito menú de bodas corrió de la mano de los especialistas de la casa hotelera, encargado también de poner el broche de oro con una estación de entradas maravillosas, tanto en estética como en sabor.
Entre una mezcla de estilos clásico y romántico, con detalles muy elegantes y cuidados, esta pareja de enamorados quisieron que su boda fuera el reflejo más nítido de sus personalidades, apostando por una celebración que dispuso de la coordinación de Irela Pérez, una de las planners más experimentadas de la ciudad. ¿El resultado? Un ambiente alegre en el que destacó el amor, gran cariño y miradas de complicidad entre los recién casados.
Concretamente los salones Napoleón, se convirtieron en el telón de fondo de una decoración que se caracterizó por cada detalle del entorno, obteniendo el resultado deseado gracias al talento de Jackie Cabrera. Así, el escenario de Rigoberto y Denia María se cubrió de una esencia mágica en la que destacaron los verdes follajes que armonizaron entre blancos y nude. La cuidada arquitectura del montaje y la espléndida naturaleza del escenario, destacaron la delicadeza de los chandelliers y candelabros de cristales en una acertada distribución de espacios y muebles lounge. Parte del escenario también lo protagonizó la iluminación, gracias a las velas y a un sinfín de luces cálidas que otorgaron un toque de glamour a la atmósfera festiva.
Por su parte, los novios apostaron por looks nupciales cómodos y de telas fluidas, acordes con el escenario de su “sí, quiero”. Denia María lució preciosa con vestido exclusivo de exótica elaboración a base de pedrería fina, dejando su imponente espalda al descubierto. En cuanto al peinado, se decantó por un recogido desenfadado y el maquillaje profesional que Noé Castillo realizó para ella, un bouquet de flores naturales del que también se encargó Jackie Cabrera. Rigoberto, por su parte, escogió un smoking clásico en tonos oscuro y solapa asedada, camisa blanca de etiqueta y zapatos en negro ¡guapísimo!
El equipo fotográfico de Farah La Revista tuvo el placer de estar presente en este fantástico enlace, en el que la naturaleza de los novios y su amor se convirtieron en los fervientes protagonistas, logrando fotografías únicas con el reflejo nítido de la luz que desprendió la noche más importante en la vida de Rigoberto Díaz Lara y Denia María Barón Rajo.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero