San Pedro Sula.- ¿Qué mejor manera de celebrar 4 años de amor que con una boda pensada al detalle? Así lo hizo esta pareja de enamorados que se conocieron en el lugar y momento idóneo a mediados del 2008, mientras ambos formaban parte de la misma congregación ¡un encuentro espontáneo! sin que ninguno de los dos lo esperará, nació el amor que se convirtió en el hilo conductor de una romántica relación que culminaría en un mágico compromiso en agosto del 2017.
Hacía tiempo que los dos pensaban en poner el broche de oro a su relación pasando por el altar, y cuando contaban con 4 años de amor a sus espaldas, Rigoberto tomó la iniciativa de nuevo y, en esta ocasión, ¡le pidió matrimonio a Judith, la mujer de sus sueños! Así, el 29 de junio pasado, ambos empezaron a engalanarse para convertirse en marido y mujer en compañía de sus allegados. Una vez listos, unieron legalmente sus vidas en una emocionante ceremonia civil –en la que sus testigos protagonizaron un papel significativo– teniendo como escenario el Hotel Real Intercontinental de esta ciudad.
Pero, ¡la historia no termina aquí!, puesto que ambos apostaron por un enlace religioso que reflejara la esencia personalizada de cada uno…una mágica cita donde predominara la naturalidad y el romanticismo que los caracteriza en sus corazones. Y así fue.
Rigoberto y Judith encontraron el encanto que buscaban para hacer honor a su relación en el Club Hondureño Árabe, ubicado en la parte alta de la ciudad. El estilo inconfundible y renovada imagen del salón Jerusalén –combinados con el toque de glamour de la talentosa wedding planner Marcela Cueva– hicieron del acontecimiento un evento único y ¡sencillamente inolvidable!
Combinado con toques de romanticismo y el verde predominante en el entorno natural, junto con el buen saber de Marcela Cueva, la ceremonia oficiada por el pastor Julio Sánchez cautivó la atención de todos los selectos invitados que compartieron con los novios su mágico enlace que tuvo como telón de fondo la amenización de “Más Música, Más Esperanza”, dirigida por el maestro Nimrod Rodríguez.
Judith lució un vestido creación exclusiva de Maggie Sottero, que hizo de su imagen una novia con personalidad y estilo propio. De larga cola y escote corazón, su ajuar de novia armonizó con un delicado bouquet de inspiración personalizada. Y, para su look beauty, se decantó por un recogido bajo que obró en ella Sonia Hércules, así como por un maquillaje en tonos suaves que confió a Bridie Zoar ¡Sintonía total en todo su look! Por su parte, Rigoberto se enfundó en un clásico smoking oscuro, camisa blanca de etiqueta con botonadura negra y, como complementos, corbatín y zapatos negros.
Todos bailaron y se hicieron fotos divertidas con el atrezo preparado para tal fin. Y, cuando se cerró el baile, los más animados continuaron la fiesta en el lugar hasta la madrugada, despidiendo a los novios que partieron en su viaje de luna de miel rumbo a los Estados Unidos de Norteamérica, iniciando en New York para continuar en las cálidas arenas de Miami. Farah La Revista tuvo el honor de inmortalizar cada momento y cada detalle de la boda de Rigoberto Pinto y Judith Brizuela, consiguiendo un resultado impecable en un enlace ¡Sencillamente inolvidable!
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero