San Pedro Sula.- Los inolvidables años de universidad llevaron a esta pareja de jóvenes a encontrarse hace 5 años en los pasillos e intercambiar miradas de complicidad, surgiendo así ese “chispazo” que acabó convirtiéndose en una relación de ensueño ¡Su conexión fue total desde el primer minuto!… Fiesteros, risueños y divertidos: así son los protagonistas de este enlace. ¿La constante de su “sí, quiero”? Un óptimo reflejo de su personalidad teñido de un glamuroso concepto “All White”.
Así, bajo una maravillosa y mágica luz, organizaron una emotiva ceremonia celebrada por el padre Fernando Ibañez en la iglesia Nuestra Señora de Suyapa y se prometieron amor eterno en presencia de familiares y su amplio círculo social de amistades ¡No faltaron las sonrisas ni las lágrimas de felicidad en el “sí, quiero”!
Roberto y Gabriela apostaron su celebración postboda en los renovados salones Jerusalén del Club Hondureño Árabe, donde ingresaron mientras sonaba en todo el recinto “Quiero caminar de tu mano” -una de sus melodías favoritas-; su gran noche inauguró un fin de semana largo en el que los sentimientos afloraron y las risas estuvieron garantizadas desde el primer momento.
Sin duda, la música tuvo un papel muy importante, y no exclusivamente durante la fiesta de cierre, sino que también amenizó el convite y abrió paso a muchas sorpresas para los recién casados y selectos invitados. La boda de estos enamoradas fue súper divertida, llena de emociones e, indiscutiblemente, inolvidable para los participantes, puesto que el novio y su madre, Patricia Ferrufino, se apoderaron de la pista central bailando un remix muy especial que cautivó a todos.
Además, para crear el ambiente perfecto y que la gente se lo pasara bien en todo momento, los novios contrataron a Dj Blanco, que como era de esperar, hizo bailar a todos los asistentes, apostando también por la hora carnavalesca al filo de la medianoche, todo, en un enlace planeado y organizado al detalle por Irela Pérez, que con su minuciosa supervisión hizo de la velada un éxito rotundo.
El montaje decorativo de Susana Prieto vislumbró la “white wedding” que anhelaban los novios en la estancia: la perfecta distribución de los espacios, imponentes arreglos florales, implecable mantelería, servicios totalmente personalizados y la espectacular puesta en escena del “candy bar”, fueron la sensación de la recepción nupcial. Cada pequeño detalle estuvo escogido con cariño y eso hizo que se creara un ambiente alegre y distendido. Era una velada para pasárselo bien y compartir la dicha y felicidad de los novios. Cuando terminó, todos los invitados coincidieron: “tenían que repetir la celebración cada cinco años” ¡genial!
Fue una boda llena de felicidad gracias a la alegría que desprendían los recién casados y que contagiaba a todos los presentes. Las buenas sensaciones parecen palpables a través de las magníficas fotografías que logró el equipo de profesionales de Farah La Revista en la boda de Roberto Ferrufino y Gabriela Alvarado, que con su entera complicidad, relataron cómo surgió “la chispa” en su mágica historia de amor.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero