Este año, la celebración de la fiesta grande del Principado ha conseguido reunir a un número inédito de miembros de la Familia Real: sólo ha faltado Pauline Ducruet
Fue un día lleno de anécdotas y no podía culminar de otra forma que no fuese con una cena de gala. El Día Nacional de Mónaco, lleno de eventos para la familia Grimaldi, tuvo como colofón una celebración en el Grimaldi Forum a la que, por supuesto, acudieron los príncipes Alberto y Charlene.
Sin embargo, no estuvieron solos, ya que junto a ellos estaban Andrea Casiraghi, Tatiana Santo Domingo y la princesa Carolina. Charlene sorprendió con un vestido blanco de Akris que adornó con un abrigo del mismo color y una cinta con los colores del Principado.
Carolina, por su parte, optó por un modelo oscuro y el pelo recogido, mientras que su nuera, siempre sorprendente en su vestuario (no hay que olvidar el curioso modelo estampado que llevó en los actos diurnos) lució un vestido oscuro con puños plateados de Roberto Cavalli.
Tres mujeres y tres vestidos con los que presenciaron un gran concierto que ponía el punto final a unas celebraciones en las que la Casa Real de Mónaco dio para un sinfín de anécdtotas.
La mayoría de ellas las protagonizó India Casiraghi, la hija pequeña de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, que participaba en su primer acto oficial con apenas un año y medio, siendo esta la primera ocasión en que se podía ver públicamente el rostro de la niña. Siempre de la mano de su padre y su madre y disfrutando con las carantoñas de su tío Pierre Casiraghi, que en pocos meses será papá, India fue la verdadera protagonista (con permiso de sus primos Gabriella y Jacques).
Los padres vistieron a la niña con vestido de terciopelo rojo, zapatos del mismo color y leotardos blancos, los colores de la bandera monegasca. India ha sacado los ojos azules y el pelo castaño ondulado, y por sus rasgos parece que es toda una Grimaldi.
Otra de las anécdotas más llamativas y comentadas fue la ausencia del novio de Carlota Casiraghi, Vestida de rojo y con un tocado con un estilo de azafata de la Panam en los años 60, la hija de Carolina de Mónaco, habitualmente bella y elegante, no pasó desapercibida, ya que, además, iba vestida con los colores de la bandera monegasca.
Muchos ciudadanos se preguntaban si acudiría del brazo de su novio, el director Lamberto Sanfelice, con el que lleva saliendo desde hace casi un año, pero parece que este ha preferido quedarse en Roma, su ciudad natal. La hija de Carolina no se separó de su hermano Andrea y de su cuñada Tatiana en ningún momento.
Por la noche, sin embargo, les cedió el protagonismo a estos y a su madre, que últimamente parecía bastante alejada de los actos oficiales y que coronó un día en el que los seguidores del mundo ‘royal’ pusieron sus ojos en Mónaco.
Un año más, la familia Grimaldi no ha decepcionado en el que se ha convertido en uno de los días más esperados en el Principado.