Un portal, monstruos y poderes son las posibilidades que la historia de la serie “The Witcher” dio a sus actores para escapar de una realidad complicada.
El proyecto de Lauren Schmidt, basado en una serie de libros, estrenó su segunda temporada este fin de semana en Netflix después de varias complicaciones. En marzo, el actor Kristofer Hivju dio positivo a COVID-19 y para noviembre nuevos contagios detuvieron la filmación; también Henry Cavill se lesionó la corva mientras corría en una escena del bosque, lo que los detuvo un mes más.
“En esta historia hay tantas criaturas diferentes en la fantasía que podemos relacionarnos con ellas”, explica Anya Chalotra, quien da vida a la hechicera Yennefer.
En esta segunda entrega, la fortaleza de las mujeres se consolida. Por un lado, Yennefer hace una introspección hacia sus poderes interiores “en una posición mucho más vulnerable”, define; mientras que Freya Allan, quien interpreta a la princesa Ciri, toma el poder físico como una guerrera contra el mal.
Para prepararse tuvo que aprender a utilizar una espada y hacer coreografías, en algunas escenas se le verá en combate y escenarios extremos, de la mano de su maestro, Geralt (Henry Cavill).
“Lo que quiero decir con mi personaje es que no traten de pensar en ningún tipo de aceptación para complacer a nadie, Siri es un buen ejemplo para las mujeres jóvenes porque valora su elección y dice siempre sus opiniones, sabe lo que quiere”, dijo Allan.