Cuba y la Unión Europea podrán normalizar próximamente sus relaciones diplomáticas tras la ratificación este miércoles por la Eurocámara del primer acuerdo de cooperación entre ambos, una señal del bloque frente a la marcha atrás del Estados Unidos de Donald Trump.
“Hoy el Parlamento Europeo confirma la voluntad de la UE de dar por liquidada la excepción cubana”, el único país latinoamericano sin un acuerdo de este tipo, subrayó en rueda de prensa la ponente del acuerdo, la eurodiputada Elena Valenciano, después de su aprobación por 567 votos a favor y 65 en contra.
Negociado desde 2014, los cancilleres europeos y su par cubano firmaron en diciembre en Bruselas, días después de la muerte del ex líder cubano Fidel Castro, este Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación que establece conversaciones regulares sobre derechos humanos.
Su ratificación se produce además un mes después que el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, dejara sin efecto algunos aspectos del histórico acercamiento anunciado a finales de 2014 por su predecesor Barack Obama y el presidente cubano Raúl Castro.
“Hemos avanzado en paralelo con el gobierno de Estados Unidos durante parte de este proceso”, subrayó la víspera la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, quien recordó que en Washington “algunos quieren volver a cambiar de ritmo”. “La UE no cambia de opinión”, agregó.
“Pugna” internacional de valores
El bloque europeo se encamina así con este acuerdo, que sienta también las bases de sus intercambios comerciales, a la normalización de sus relaciones con la isla comunista antes que Washington, en un contexto de tímida apertura económica en Cuba y cuando Raúl Castro tiene previsto dejar el poder en 2018.
Para la investigadora sobre América Latina del centro de reflexión CIDOB con sede en Barcelona, Anna Ayuso, “Europa coge una posición más de ventaja”, ya que “tiene más libre la posición de desarrollar las relaciones económicas con Cuba”.
Trump, que calificó de “brutal” al régimen cubano, anunció en junio en un acto con opositores cubanos en Miami (sureste de Estados Unidos) el endurecimiento del embargo vigente desde 1962, la limitación de los viajes y la prohibición de los negocios con empresas cubanas administradas por militares.
“Cuba está cada vez más necesitada de abrirse a otros actores”, máxime después de “frustrarse” la “esperanza” de que Estados Unidos fuera el sustituto del “gran socio estratégico” cubano, una Venezuela sumida actualmente en una crisis política, explicó Ayuso a la AFP.
La Habana debe buscar ahora “una mayor diversificación” y “ahí está la UE, está Canadá y también está China, que ahora mismo se está extendiendo por toda América Latina”, agregó la analista, para quien, en el fondo, hay una “pugna” sobre qué modelo de valores e ideas “es el dominante en el mundo”.
En este contexto, los eurodiputados habían llamado a ocupar el espacio dejado abandonado por Estados Unidos en la isla, pero al mismo tiempo urgieron a no bajar la guardia respecto a la situación de los derechos humanos y de los presos políticos en la isla.
Derechos humanos
La cuestión de los derechos humanos ya supuso un escollo durante la negociación del acuerdo, que los negociadores solventaron creando un diálogo separado en este materia entre la UE y Cuba, que ya ha celebrado tres ediciones.
Las relaciones entre el país caribeño y el bloque europeo estaban regidas hasta diciembre por la controvertida Posición Común de 1996, que vinculaba la cooperación europea a “mejoras” en los derechos humanos.
Pero aunque el pacto ratificado este miércoles contempla la posibilidad de suspenderlo en caso de violar los compromisos sobre derechos humanos, muchos eurodiputados, especialmente conservadores y liberales, reclamaron un lenguaje más duro.
Y lo lograron. En una resolución adoptada también este miércoles, independiente del acuerdo, la Eurocámara reconoce que este diálogo sobre derechos humanos “no ha permitido poner fin a las detenciones por motivos políticos”.
Los eurodiputados urgen además a la UE en ese texto a prestar ayuda “con la transición económica y política en Cuba, alentando la evolución hacia estándares democráticos”, un punto que la socialdemócrata Valenciano ya avanzó que no gustaría en La Habana.
El parlamentario del PPE (derecha), José Ignacio Salafranca, que recordó que la cámara ya premió en el pasado a opositores cubanos con el premio Sájarov de derechos humanos, deseó que con este acuerdo se ponga fin al “hostigamiento” de la oposición cubana.
Tras su ratificación por el Parlamento Europeo, el acuerdo podrá entrar en vigor provisionalmente en los próximos meses. Para su aplicación final, los países miembros deben ratificarlo, como ya han hecho dos Estados de la ex órbita soviética, Hungría y Estonia, en un complejo proceso que puede llevar años.
Con información de AFP