La nueva alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, puso fin a la candidatura de la ciudad para los Juegos Olímpicos del 2024 diciendo que el evento enterraría a la capital italiana bajo montañas de deuda y toneladas de cemento.
La decisión representa un golpe para el Comité Olímpico Internacional (COI), que ya sufrió la retirada de Boston y Hamburgo de la carrera para organizar los Juegos y tiene problemas para convencer a potenciales candidatos de que vale la pena llevar a cabo el evento deportivo.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, había impulsado la candidatura pero necesitaba el apoyo del ayuntamiento de la ciudad.
La decisión de Raggi significa que solo París, Los Ángeles y Budapest quedan en carrera para organizar los Juegos. “Sería irresponsable apoyar esta candidatura”, dijo Raggi, cuyo partido Movimiento 5 Estrellas llegó al poder por primera vez en Roma tras una aplastante victoria en las elecciones locales de junio. “No tenemos nada contra las Olimpiadas ni contra el deporte (…) pero no queremos que sea usado como una excusa para más ríos de cemento en la ciudad”.
El equipo de la candidatura reaccionó con enojo, diciendo que la decisión fue tomada por razones “ideológicas, políticas y demagógicas” que privarán a la ciudad de inversiones por hasta 1.700 millones de dólares y la creación de casi 200.000 empleos. “Estamos decepcionados de que una fuerza política nueva no esté dispuesta a aceptar el desafío de la modernización”, dijo el equipo en un comunicado, en el que añadió que la decisión representa “un severo golpe a la credibilidad de Italia en todo el mundo”.
La alcaldesa dijo a periodistas que los Juegos con frecuencia superan el presupuesto planeado y afirmó que Roma no podía enfrentar un evento de esa magnitud, añadiendo que habría dejado a la ciudad con estadios que no necesita. El COI tiene previsto seleccionar la sede de los Juegos del 2024 en septiembre del próximo año.
Roma también presentó una candidatura para albergar el Juegos de 2020, pero el entonces primer ministro Mario Monti la retiró ante la preocupación por las finanzas de Italia.