San Pedro Sula. El elegante Bridal Shower ofrecido a la bella Sofía Barletta, que pronto contraerá matrimonio con el distinguido joven Jorge Vitanza Hawit, es una tradición que cada vez se hace más fuerte en la famalia.
Sofía recibió a sus invitadas en una hermoso sillón que delicadamente decorado hacia juego con el traje de novia de su suegra, la elegante dama Jenny Vitanza, que colgaba a su lado con el hermoso velo de novia que ha sido usado por las mujeres de la familia Hawit, y pasado de generación en generación.
Deliciosos bocadillos, dulces y una exquisita cena compartieron su familia e invitadas, las que no dejaron de alabar las bondades de las organizadoras y que con emotivas palabras desearon dicha a la futura señora de Vitanza.
El momento del brindis por la felicidad de Sofía fue en verdad emotivo. Colmada de besos y abrazos, la joven recibió las muestras de cariño sincero que le manifestaron las oferentes del agasajo, entre ellas tías y amigas. La decoración sobria de Casa, Jardín y Más, junto con la mesa de postres y chocolatería, armonizó con la elegancia ornamental del lugar en un ambiente amenizado por el dúo de violín y piano “Rouge”.
Sofía, junto a su bella madre, Carla Kivett de Barletta y su futura suegra, la querida Jenny Hawit de Vitanza, acompañaron a la novia en cada instante durante la recepción, lo que hizo sentir aún más segura y confortada a la joven que disfrutó al máximo de esos momentos inolvidables.
Sin lugar a dudas, el próximo 30 de Junio en la ciudad de Guatemala, el reencuentro de toda la familia Vitanza-Barletta para celebrar el matrimonio de Sofía y Jorge, será una fecha memorable, no solo en la agenda social de San Pedro Sula, sino en el inicio de una nueva etapa en las vidas de la feliz pareja.
SEPALO
En el mundo de los casamientos se considera que la tradición del “Bridal Shower” nace en los Estados Unidos alrededor de 1890, aunque se conocen costumbres similares en países como Bélgica anteriores a esta fecha.
La costumbre del “Bridal Shower” se dice que ha crecido a partir de las prácticas de la entrega de una dote por parte del padre de la novia: cuando la familia de una mujer se negaba a dar a su hija la dote, porque él no estaba de acuerdo con el matrimonio o con el novio, los amigos de la novia se reunían para llevar regalos que compensaran dicha dote y de este modo, permitir que se casara con el hombre de su elección.
Sus amigos y vecinos se convertían entonces en cómplices de su amor, haciendo que con sus regalos, no tuvieran ninguna preocupación. De esta manera, la novia no tenía que depender de su progenitor para llevar a cabo sus sueños de casarse.