jueves, noviembre 21, 2024

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Londres y Bruselas tienen primer roce

LONDRES.- El gobierno británico salió al paso del malestar que provocó en Bruselas una supuesta amenaza velada hacia la Unión Europea (UE) en la carta con la que notificó su salida del bloque.

En la misiva que dirigió a la Unión Europea para dar inicio a la separación, la primera ministra Theresa May se refirió a la seguridad en 11 ocasiones.

“En términos de seguridad, un fracaso a la hora de alcanzar un acuerdo se traduciría en el debilitamiento de nuestra cooperación en la lucha contra el crimen y el terrorismo”, escribió May.

“No es una amenaza”, aclaró ayer a la BBC el ministro británico del Brexit, David Davis. “Es una constatación del hecho de que sería perjudicial para ambas partes que no lleguemos a un acuerdo. Es un argumento para lograr un acuerdo”.

La ministra de Interior británica, Amber Rudd, insistió en que la seguridad tiene que ser también objeto de negociaciones. “Somos el mayor contribuyente a Europol. Si nos vamos de Europol, nos llevamos la información”, dijo Rudd.

El argumento no cayó bien en el resto de Europa.

“Trato de ser un caballero con las señoras, así que no uso, ni pienso, en la palabra ‘chantaje’”, dijo el principal negociador del Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt.

También hubo críticas dentro de Reino Unido. “No. Somos Reino Unido. No hacemos estas cosas. No amenazamos con ignorar atentados terroristas a cambio de libre comercio. No amenazamos vidas a cambio de acuerdos aduaneros”, escribió en Twitter la portavoz de Interior de la oposición laborista, Yvette Cooper.

La misiva de May provocó asimismo un roce con la canciller alemana, Angela Merkel.

La líder germana subrayó que quiere que se negocie en primer lugar un acuerdo sobre la salida de Reino Unido del bloque y, “sólo cuando eso se resuelva”, se empiece a hablar sobre la “relación
futura”.

Ese punto de vista contradice el calendario que propone Reino Unido, que hizo explícito en la carta que “es necesario acordar los términos de la futura relación al mismo tiempo que los de la salida de la Unión
Europea”.

INICIA DEROGACIÓN

Por otra parte, Reino Unido prevé publicar un libro blanco con las grandes líneas sobre la “Gran Ley de Derogación”, que convertirá en leyes británicas todas las europeas, con la intención de que no haya un salto legislativo al vacío cuando el país abandone la Unión Europea.

A partir de la aprobación de ese instrumento, se irán examinando una a una todas esas leyes europeas para ir enmendándolas o derogándolas.

Según una estimación del diario The Times, para empezar, habrá que cambiar mil leyes en menos de dos años.

Los planes del gobierno causarán seguramente polémica, porque darán a los ministros, además de a los gobiernos de Escocia, Irlanda del Norte y Gales, la potestad, durante un breve periodo de cambiar esas leyes europeas, recurriendo a un mecanismo de 1539 que usó Enrique VIII para legislar por proclamación, sin tener en cuenta al Parlamento.

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