viernes, noviembre 22, 2024

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Lula da Silva ya es ministro pero no podrá ejercer por orden judicial

El juez de Brasilia, Itagiba Catta Preta Neto, ha anunciado hoy la anulación de manera cautelar del nombramiento del ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, como ‘superministro’ de Dilma Rousseff, según ha informado el diario brasileño ‘O Globo’.

Esta decisión anula el acto en el que hoy mismo Lula prestó juramento, según Efe.

El magistrado considera que la cuestión es “compleja y también grave”, ya que con el nombramiento realizado por la mandataria brasileña podría haber incurrido en un delito de “responsabilidad”. Dicho ‘crimen’ es un motivo recogido en la Constitución por el cual se permite realizar un juicio político con el objetivo de destituir al jefe de Estado.

La Cámara de Diputados ha decidido reanudar hoy mismo el trámite de un posible juicio político a Rousseff, tras conocerse ayer unas grabaciones comprometedoras de conversaciones entre la presidenta y Lula. Dichas pruebas podrían poner de manifiesto que Rousseff designó a Lula ministro para demorar el proceso judicial contra el ex presidente.

A pesar de todos los acontecimientos de hoy, Lula sigue siendo ministro, pero no podrá ejercer hasta que el juez tome una decisión, según afirmó hoy el titular de la Abogacía General de la Unión (AGU) de Brasil, José Eduardo Cardozo. Lula “tiene un impedimento para el ejercicio de su actuación, pero está investido”, señaló Cardozo en una rueda de prensa en Brasilia, ha difundido Efe.

El domingo las calles se llenaron de gente con protestas multitudinarias y, desde anoche, cuando se dieron a conocer las escuchas, la tensión ha vuelto. Tal y como publica ‘O Globo’, en estos momentos se están sucediendo enfrentamientos entre manifestantes frente al Palacio do Planalto.

brasil manifestantes
Oficiales de policía intentan controlar a los manifestantes, hoy, en el palacio de Planalto.

La fallida toma de posesión

En un Palacio de Planalto acordonado por agentes policiales para aislarlo de las protestas que se le intentaban echar encima, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió hoy su nuevo cargo como ministro de la Casa Civil, cartera de mayor importancia del Ejecutivo.

La presidenta Dilma Rousseff defendió la elección del que fue presidente de Brasil entre 2003 y 2011 por “su capacidad de querer al pueblo, de entender al pueblo”. Entre gritos de “olé, olá, Lula, Lula” de los asistentes a la ceremonia, la presidenta aseguró que el gobieron superaría “las trampas” puestas por la oposición.

Se refería la mandataria especialmente a las escuchas telefónicas entre Dilma y Lula divulgadas por el juez Sergio Moro en la noche del miércoles. La mandataria mostró el acta de ministro de Lula, aún sin firmar por ella, que demostraría que el documento no tendría validez ante la policía y, por tanto, no sería cierta la interpretación de que las escuchas telefónicas filtradas en la noche del miércoles demostrarían su intención de nombrar a Lula para protegerle ante la Justicia ordinaria. Rousseff, que expresó su repudio, avisó: “Así empiezan los golpes”. “No va a haber golpe”, cantaba el público del acontecimiento. “No hay obstáculos a nuestra voluntad de trabajar juntos por Brasil”, completó la mandataria.

“Las dificultades en ocasiones crean grandes oportunidades. Traer al Gobierno al mayor líder político de este país”, han sido las primeras declaraciones de Dilma Rousseff durante el acto de la toma de posesión. “Una persona que además de ser un gran líder político es un gran amigo y un compañero de luchas“, ha agregado la actual presidenta brasileña.

El revuelo, que ya era grande cuando Rousseff nombró como segundo hombre más importante del ejecutivo a un ex mandatario investigado policialmente por las sospechas de que participó en la mayor trama corrupta de la historia, se hizo mayor cuando el juez Sergio Moro, que lidera las búsquedas del caso Lava Jato, divulgó en la noche del miércoles un pinchazo telefónico en el que Rousseff avisa a Lula de que recibirá en su despacho el acta de ministro para utilizarlo “en caso de que sea necesario”.

Las palabras de la mandataria se interpretaron como la confirmación de que Lula sería Ministro para evitar a la justicia ordinaria y las manifestaciones contra el gobierno se avivaron en la noche del miércoles en al menos 15 estados del país. El gobierno reaccionó a las escuchas asegurando que son una “violación flagrante de la Constitución” y anunció medidas legales contra el juez. El abogado de Lula, por su parte, criticó la “arbitrariedad” de la divulgación de las escuchas y aseguró que “generan una gran convulsión social y ese no es el papel del poder judicial”. El juez Moro, que reconoció que no hay evidencias en las filtraciones “de conducta inapropiada”, justificó la divulgación de los audios a partir del “interés público y la previsión constitucional de publicidad de los procesos”.

Las primeras marchas matutinas se vienen dando en Brasilia y en São Paulo ya antes de la ceremonia, que se celebra con retraso. En la capital, frente a la Esplanada de Ministerios, la policía militar utilizó gas pimienta para separar a grupos favorables y contrarios al gobierno.

El ex presidente, acusado de recibir mordidas de constructoras implicadas en el caso Petrobras mediante donaciones al Instituto Lula y la reforma de dos apartamentos, fue conducido forzosamente a declarar ante la policía federal el pasado 4 de marzo. Es sospechoso de participar en el mayor escándalo de corrupción de la historia, el caso Petrobras, en el que altos cargos políticos, ejecutivos de constructoras y directivos de Petrobras se repartieron durante años un 3% de los beneficios obtenidos con el amaño de contratos de concesión pública. El caso de corrupción hundió a Petrobras en 2015 y contribuyó para que el país cerrara el ejercicio con un 3.8% de recesión, peor cifra en los últimos 25 años.

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