Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid reveló que la exposición continua a pantallas de aparatos digitales tiene daños irreversibles en la vista
MADRID.- Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han observado en ratones que la exposición continuada a la luz de las pantallas de muchos dispositivos electrónicos puede aumentar hasta un 23 por ciento la muerte celular en la retina.
El trabajo, dirigido por la profesora Celia Sánchez-Ramos, del Departamento de Optometría y Visión de la Facultad de Óptica y Optometría, buscaba confirmar en animales la muerte celular programada o apoptosis ya observada en estudios previos en laboratorio con células del epitelio pigmentario de la retina de donantes humanos.
Para ello, rodearon las jaulas de un grupo de ratones con seis ‘tablets’ cuyas pantallas LED emitían entre 15.000 y 20.000 cuantos de luz blanca, una cantidad baja en comparación con la energía de algunos teléfonos móviles que llegan hasta los 40.000-50.000 cuantos, según asegura la investigadora.
El experimento duró tres meses en los que las pantallas permanecieron encendidas 16 horas al día, y el análisis posterior de la retina demostró que la muerte celular en las capas nucleares interna y externa era un 23 por ciento mayor, en comparación con un grupo control de roedores que no se expusieron a la luz LED de los dispositivos.
El estudio incluyó un tercer grupo de roedores que fueron expuestos a pantallas de tablets que tenían un filtro externo superpuesto desarrollado por Reticare que absorbe longitudes de onda corta. En estos casos, apenas encontraron muerte celular aunque sí vieron algunas variaciones individuales.
Además, también vieron que la exposición a luz LED favorece la expresión de genes que promueven la muerte celular y los de las enzimas que están implicadas en ella, a la vez que bloquean la expresión de los genes implicados en la supervivencia celular.
Esta muerte celular observada puede conllevar daños en la mácula que provoque falta de visión central, como si se vieran manchas, según Sánchez-Ramos.
Tres meses es un tiempo razonable para tener conclusiones y observar un daño que resulta irreversible”, ha añadido esta experta, que sin embargo no ha querido extrapolar a humanos el tiempo de exposición utilizado en el estudio en ratones aunque sí ha remarcado que la vida media de los roedores es de 8 a 10 años.
EL DAÑO OCULAR, 7 VECES MAYOR CON ‘SMARTPHONES’
Pese a todo, el trabajo evidencia el daño ocular que puede tener la exposición continuada a las pantallas de dispositivos, que es hasta siete veces mayor cuando se utiliza un ‘smartphone’ que un ordenador, por la distancia a la que se usa.
Igualmente, Sánchez-Ramos ha recordado que los niños reciben tres veces más luz que un adulto con un mismo dispositivo, ya que “al tener un brazo más corto hay menos distancia entre el ojo y la pantalla”.
Para minimizar este daño, además de recomendar el uso de filtros como los comercializados por Reticare, esta experta ha aconsejado hacer descansos periódicos al uso de pantallas de cualquier dispositivo y bajar su intensidad, que a su juicio “no tiene que estar siempre en los niveles más altos”.
El estudio ha sido enviado a la Comisión Europea y prevén publicarlo próximamente en alguna revista científica. Asimismo, ha avanzado que desde hace varios años está en marcha un estudio en humanos para evaluar la salud ocular con y sin dichos filtros.