La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es considerada como un importante problema de salud pública a nivel mundial, pues se encuentra relacionada con una elevada comorbilidad, mal pronóstico y un alto consumo de recursos en los sistemas de salud. Se estima, que hay más de 21 millones de pacientes diagnosticados con esta patología en el mundo, mientras que su prevalencia oscila entre un 9,1% y 13,4%. Sin embargo, es posible que los números de pacientes con ERC sean mayor que la reportada, ya que hasta el 85% de las personas en estadio avanzado se encuentran sin diagnosticar.
“Los riñones son órganos que brindan regulación y equilibrio, además, de eliminar las toxinas, el exceso de agua de la sangre, así como también ayudan a controlar la presión arterial, por lo que su mal funcionamiento afecta a todos los demás sistemas del cuerpo. La ERC es conocida como la enfermedad silenciosa, ya que en sus primeras etapas no muestra síntomas que generen alerta, y no es hasta que las personas pierden hasta el 90% de sus funciones renales que experimenten alguna seña,” explicó doctora Larisa Ramírez, directora Médica de AstraZeneca para Centroamérica y Caribe.
Entre las causas más comunes de la Enfermedad Renal Crónica se encuentran la hipertensión arterial y la diabetes. Otras causas menos comunes incluyen inflamación (glomerulonefritis) o infecciones (pielonefritis) generales. También puede ser hereditaria o ser el resultado de una obstrucción prolongada del sistema urinario, como en el caso del agrandamiento de la próstata o cálculos renales.
Esta enfermedad es la 12 a causa de muerte en el mundo, reportando 1.2 millones de defunciones anualmente, una cifra que podría aumentar, pues es una enfermedad que se asocia con una alta tasa de mortalidad incluso en etapas iniciales y que va en aumento a la medida que avanza la patología en los pacientes. Además presenta un mayor riesgo de desarrollar eventos cardiovasculares como la falla cardiaca, debido a que existe una conexión entre los riñones y el corazón, el daño en uno puede perjudicar al otro, lo que puede desarrollar complicaciones graves en la salud.
Se ha demostrado que el diagnóstico y la intervención oportuna ayudan a preservar la función renal, atrasando o incluso previniendo el inicio de tratamiento de remplazo renal como diálisis y trasplante. La diálisis es un proceso que se requiere para realizar el filtrado de la sangre cuando los riñones ya no pueden hacerlo de manera efectiva, mediante un proceso invasivo que puede llegar a tener repercusiones en la calidad de vida; de ahí la importancia de una detección temprana y el abordaje correcto de la enfermedad. “En el Día Mundial del Riñón, hacemos un llamado de concientización, para que las personas acudan a realizarse chequeos médicos y preventivos, con el fin de cambiar el curso de la ERC y evitar las complicaciones como muerte renal o cardiovascular, disminuyendo el riesgo de necesitar diálisis o terapia de reemplazo renal,” añadió la doctora Ramírez.
Los especialistas recomiendan, especialmente en pacientes que tengan otras comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2 (DM2) con más de cinco años de evolución, enfermedades cardiovasculares, obesidad, antecedentes familiares, pacientes mayores de 60 años, fumadores, con colesterol elevado y síndrome metabólico, entre otros, realizarse análisis realizarse 2 pruebas; una en sangre para determinar la cantidad de creatinina la cual en condiciones normales es eliminada del cuerpo completamente a través de la orina. Este valor junto con otros datos como edad, peso, estatura, sexo y raza permitirán calcular la Tasa de Filtración Glomerular (TFG), la cual es una medida más exacta para revisar si existe una afectación renal. La otra prueba es para determinar la cantidad de albúmina en orina. La albúmina es una proteína que se encuentra en la sangre, un riñón sano no permite que la albúmina sea eliminada en la orina, mientras que un riñón dañado sí deja pasar algo de albúmina a la orina. Estos valores obtenidos a través de 2 pruebas sencillas junto con el historial clínico le permitirán al médico guiar un diagnóstico.
Es importante insistir en la detección temprana, pues cuando los pacientes no son diagnosticados a tiempo o no han contado con un abordaje correcto de la enfermedad, podrían perder la oportunidad de prevenir complicaciones y efectos adversos.
con alimentos ricos en fibra, eviten grasas saturadas y trans, revisen y controlen la presión arterial, tomen líquidos, eviten fumar, y reduzcan la ingesta de alcohol y sal. Al mismo tiempo, es importante el control de patologías que inciden como factores de riesgo para ERC, como la hipertensión y la DM2, que aumentan el riesgo de progresión de la enfermedad renal cuando no se controlan oportunamente.