Tegucigalpa
La Comisión de Reestructuración y Reforma de la Secretaría de Seguridad y la Policía Nacional asumió hoy, ante el presidente Juan Orlando Hernández, el grupo del G-16, sociedad civil y sectores organizados del país, el compromiso y el reto de recuperar la credibilidad de la institucionalidad policial ante el pueblo hondureño.
Hernández presentó a la comisión, integrada por Vilma Morales Montalván, Alberto Solórzano y Omar Rivera, en un acto celebrado en el salón Morazán, de Casa Presidencial, ante los países y organismos cooperantes aglutinados en el grupo del G-16, gremios y organizaciones de la sociedad civil.
“Algo importante es darle un mensaje a los buenos policías: que aquí no se trata de desaparecer la Policía Nacional, es todo lo contrario, es de fortalecerla”, señaló Rivera, quien es coordinador de la Alianza por la Paz y la Justicia (APJ).
“Pero una condición indispensable de un proceso de reforma y de fortalecimiento es que aquellos que no cumplan su mandato salgan de la institución. Yo creo que es muy importante que los buenos policías y buenos oficiales se sumen a este esfuerzo”, aseveró.
Participación de todos
Rivera manifestó que la cooperación internacional es un factor determinante y deberá de mostrar públicamente su disposición de colaborar.
Añadió que, de igual modo, las distintas organizaciones de sociedad civil y la academia deben participar en este proceso, para que “esos malos policías no encuentren un lugar y un espacio para la impunidad”.
“Y es ahí donde las distintas instituciones del Estado deben de cumplir a cabalidad con su responsabilidad. Nosotros hemos asumido con mucho compromiso este reto de participar para contribuir; pero el que investiga, juzga y castiga, es el Estado y en gran medida eso es lo que ha fallado”, arguyó el dirigente de sociedad civil.
“Porque no hay solamente malos policías; hay malos investigadores, fiscales, auditores, funcionarios de los organismos contralores, jueces, magistrados”, acotó.
Añadió que también en este proceso de certificación y depuración de la Policía Nacional se deberá de evidenciar la disposición de los operadores de justicia de actuar en contra del “policía que mata, roba, que no es policía, es criminal”.
Reto de victorias tempranas
Rivera señaló que “asumimos el reto con responsabilidad y esperamos que en el corto plazo podamos tener victorias tempranas, que nos habilite encargarnos de lo del mediano y largo plazo. Yo creo que hay que lanzar mensajes concretos en el marco de casos emblemáticos que están incrustados en el imaginario colectivo”.
“Esos policías que mataron al hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos y al de doña Aurora Pineda, no pueden estar prófugos”, remarcó.
Rivera reflexionó que “¿cuánto tiempo ha pasado?, ¿acaso un Estado se va arrodillar ante ese caso de impunidad? Los que planificaron y asesinaron a Alfredo Landaverde o al zar antidrogas, Julián Arístides Gonzáles, eso consterna y yo creo que la única manera de revertir eso, y transformarlo en entusiasmo para que la gente se involucre, son esas victorias tempranas”.
Lo que el presidente le apuesta
“Lo que ha planteado el presidente, de apostarle a un proceso de reestructuración, no solamente a la Policía, sino a la Secretaría de Seguridad, debe de motivarnos a todos los sectores para contribuir en el ámbito de las competencias de cada funcionario o en el ámbito de acción de cada uno de aquellos actores gubernamentales o que no forma parte de la estructura del Estado”, expresó Rivera.
“Yo vengo aquí en nombre de una plataforma ciudadana, Alianza por la Paz y la Justicia, que a lo largo de los años ha venido incidiendo, pero hoy agradecemos el espacio, porque vamos a poder concretamente contribuir con nuestra experiencia y con esa enorme cantidad de talento que estás plataformas tienen”, subrayó.
Rivera, además, apuntó que “presidente, es muy importante que constantemente les recuerde, como máximo representante del Estado hondureño, a las diversas instituciones estatales, que la impunidad y que la transgresión de la ley no solamente es por parte del policía que cometió delito, sino de aquellos que permiten que sus delitos estén en impunidad”.
Añadió que el reflejo de la participación y consenso de todos los partidos políticos en el Congreso Nacional “nos habilita a tener éxito en esta tarea”.
Compromiso de comisión
La abogada Vilma Morales, quien ha formado parte de otras comisiones, entre ellas la interventora del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), dijo que “después de los tristes acontecimientos que hemos venido teniendo, y particularmente la relación de hechos que realmente sacudió a la sociedad hondureña”, sobre hechos criminales, es necesaria la depuración policial.
“Los hechos noticiosos y de prensa investigativa creo que sellaron realmente el final de una tragedia para una organización que tiene una gran y profunda responsabilidad con cada hondureño y hondureña, pero también con toda esa comunidad internacional que nos ha venido apoyando por largo rato”, manifestó.
Añadió que “ahora merecen tener verdaderamente una respuesta la sociedad hondureña y esa cooperación que ha estado permanentemente unida a nuestro Gobierno y a nuestras autoridades, para alcanzar una organización verdaderamente reestructurada” en la Policía.
Morales señaló que “adquirimos el compromiso ciudadano para ver en esta organización (la Policía) lo que los hondureños y las hondureñas esperamos de ellas”. Agregó que la Policía Nacional deberá de cumplir con su misión Constitucional de brindar verdadera seguridad a las personas y a sus bienes. “Y hacer un trabajo sin retorno. Hemos tenido demasiados espacios fallidos. Este es el momento”, resaltó Morales.
La comisionada apuntó que se ha elaborado un marco legal adecuado, y a su vez se contará con todos los elementos y propósitos de apoyo. “Estaremos también sometidos como comisión a la veeduría de ustedes (presidente de la República, Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, operadores de justicia y sociedad civil), para estar alertas y atentos a escucharles a fin de no dar pasos equivocados. Ese es el gran compromiso que adquirimos”, concluyó Morales.
El papel de la iglesia
Solórzano, presidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras, apuntó que existe el compromiso y el deseo de encarar la seguridad como un tema que es de vital importancia para el pueblo hondureño.
“Sabemos que se le debe de dar un tratamiento profundo. Creo que el país, y no sólo la Policía, sino que en muchos aspectos está ávido de una cirugía plástica, no de una acción cosmética, sino de una operación profunda, ya que los hondureños hemos tenido el crecimiento de una tumoración enfermando que requiere ser extirpada”, expuso.
Señaló que para su iglesia el ámbito de participación trasciende de las cuatro paredes de un templo. “Hay quienes se preguntan: ¿por qué participa la iglesia? Porque somos ciudadanos y tenemos responsabilidad, y porque debe haber coherencia entre lo que uno dice y lo que hace”.
“Nos paramos cada fin de semana ante nuestra gente a convertirse en agentes de cambio en cada espacio donde están. Eso es lo que hacemos los pastores, pero no podemos quedarnos ahí; este país nos pertenece a todos y necesitamos dar lo mejor de nosotros”, aseveró.
Solórzano dijo que sería lastimoso que se le pidiera a la gente lo que no estarían dispuestas hacer y dar. Ante “esta oportunidad que nos ha tocado echar mano, lo hemos hecho con sentido de responsabilidad, valorando las implicaciones, pero entendiendo que el país requiere esto”, resaltó. Solórzano, además, afirmó que “en este país los malos no son más que los buenos, pero el problema es que los malos hacen más que los buenos”.
“Los malos se ponen de acuerdo, planifican para hacer el mal, se organizan, y los buenos nos disociamos, y aunque sabemos que hay que hacer algunas cosas, no las hacemos, pero creo que eso está cambiando en Honduras”, aseveró. “Gracias, señor presidente, por el voto de confianza depositada y estamos con toda la disposición de emprender esta tarea”, indicó Solórzano.