San Pedro Sula.- Desde casi toda la vida, Gina y Marvin formaron parte de un mismo grupo de amistades, y aunque no se frecuentaban a menudo, un buen día, durante una salida inesperada ¡un beso lo cambió todo!, y ¡para siempre! Marcó un antes y un después e inició una relación de 3 años y medio de romántico noviazgo. Siendo así, su historia no puede terminar de otra manera que con un mágico enlace a concretarse en tan solo un par de días.
Estos enamorados apuestan por unirse en matrimonio este sábado 3 de noviembre, y tal como era de esperarse, las celebraciones familiares, despedidas de solteros y un fabuloso bridal shower, parecieron “tocar la puerta” en la antesala del gran día de bodas.
Inspirándose al estilo Kate Spade, el círculo social más íntimo de Gina logró ambientar el salón El Mirador del Hotel y Club Copantl, convirtiéndolo en el escenario perfecto para celebrar su recepción preboda, donde la creativa fusión de tonalidades al estilo neoyorkino armonizó la refinada y exclusiva atmósfera de la recepción, brindando a las selectas invitadas el espacio ideal para congratular a la novia, quien lució fabulosa de punta en blanco con un atuendo que la hizo brillar -aún más-, en su mágica noche de celebración.
El mejor catering de la casa hotelera estuvo a la orden de la velada, brindando una exquisita cena buffet regada con fríos cocteles, además de la estación de dulces y pastel de celebración que fueron el deleite de todas las asistentes, quienes compartieron amenas charlas y juegos para culminar su regreso a casa llevando como recuerdo el “set beauty” y otros detalles que las anfitrionas prepararon para la ocasión.
Y, mientras lo novios ultiman los detalles de su enlace matrimonial que tendrá lugar en la Iglesia La Santa Cruz de la colonia Tara, Farah La Revista comparte con sus seguidores los momentos inolvidables para la encantadora Gina Martínez, que a unos pasos del altar se encontrará con su prometido Marvin Pinto en una noche nupcial emocionante y especial para todos.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Samuel Romero